Capítulo: "La mentira perfecta"El cine era un infierno.Eleonor lo sentía en cada latido de su corazón, en cada gesto de Paula, en cada risa que compartía con Sergio.No importaba cuánto intentara convencerse de que lo estaba haciendo por su hermana, que si Paula era feliz, ella también debería serlo. La verdad era que su pecho dolía con cada minuto que pasaba en esa butaca, viendo cómo Paula acariciaba el brazo de Sergio, cómo le ofrecía su refresco, cómo anticipaba sus gustos sin necesidad de preguntarle.Eleonor quería mirar la pantalla, quería sumergirse en la película, pero su mente no estaba allí.Estaba en Sergio.En su cabello rojizo, en sus ojos azules que tanto la habían fascinado desde la infancia.Y ahora… ahora él no era suyo.Nunca lo fue.Nunca tuvo el coraje de decirlo, nunca se permitió la oportunidad de luchar por él. Y ahora, estaba con Paula.Eleonor apretó los puños sobre su regazo, fingiendo que nada le dolía.—Sergio, ¿quieres salado o dulce? —preguntó Paula co
Capítulo: “El precio del silencio”La noche se sentía pesada, opresiva. Un aire denso recorría la casa, cargado de secretos, de culpas, de una verdad que tarde o temprano saldría a la luz. Georgina se abrazó a sí misma mientras el eco de los sollozos de Eleonor llegaba hasta ella, filtrándose por las paredes como un lamento que no podía ignorar.El llanto de su hija era como un cuchillo desgarrándole el alma.Cerró los ojos por un instante, intentando ahogar el dolor que sentía en su pecho, pero la angustia no desaparecía. Se quedó de pie en medio de la sala, inmóvil, debatiéndose entre la necesidad de subir a consolar a su hija o la certeza de que nada de lo que dijera cambiaría la realidad.La verdad era que Georgina no tenía las respuestas.Había intentado ser una buena madre, pero sabía que había fallado. Desde que era una niña, había sido criada en un hogar donde el amor no existía, donde las palabras nunca eran dichas, donde los secretos se escondían como si el silencio pudiera
Capítulo: “Dudas y certezas”Mateo salió de la pizzería con el ceño fruncido y las manos en los bolsillos, su mente sumida en un torbellino de pensamientos que lo atormentaban más de lo que quería admitir. Había ido con sus compañeros de la universidad para despejarse después de un examen largo y difícil. Había estado bromeando, relajándose, tratando de distraerse… hasta que la vio entrar.Paula, estaba ahí ,tan bella como siempre ,llegó junto a Eleonor y Sergio.Desde el cumpleaños de Agustín no los había visto.Desde aquella noche en la que Paula lo ignoró por completo, en la que prefirió hablar y reír con Sergio antes que siquiera mirarlo a él.La vio cambiar de semblante cuando lo vio en la mesa con sus amigos.La observó con discreción mientras ella iba al baño con Eleonor, mientras volvían del brazo como cuando eran niñas.Por un momento, se ilusionó.Tal vez, solo tal vez, Paula ya no estaba tan enojada con él.Pero su esperanza duró pocos segundos.Porque cuando Paula se sent
Capítulo: "Los secretos de Georgina"La luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas del consultorio, proyectando sombras alargadas sobre la pared beige. Georgina estaba sentada en un sillón de respaldo alto, con las manos entrelazadas sobre su regazo. Su respiración era pausada, pero en su interior, una tormenta de emociones rugía sin control.El cartel en la entrada del consultorio decía "Centro de Salud Mental - Terapia Psicológica y Psiquiátrica" con letras elegantes y sobrias. Era un lugar acogedor, diseñado para que las personas se sintieran seguras, pero para Georgina, aquel sitio tenía un peso especial.No era la primera vez que estaba allí.Fue cuando recordó que años atrás, antes de ser madre, antes de tener siquiera la estabilidad de un hogar, había cruzado esa misma puerta en una condición mucho más frágil y dolorosa .Había llegado con el corazón destrozado, con la mente enredada en un laberinto sin salida, con la culpa y el miedo devorándola desde dentro.Había
Capítulo: "El Silencio "La casa estaba en completo silencio cuando Georgina entró a la habitación de Paula. No había música, ni el sonido de su celular vibrando, ni siquiera el eco de la televisión encendida. Solo el leve murmullo de la lluvia golpeando contra la ventana.Paula estaba sentada en la cama, con las piernas cruzadas, mirando su teléfono sin real interés. No levantó la vista cuando su madre entró. No hizo ningún gesto de incomodidad. Simplemente la miro e ignoró su presencia, como si fuera una sombra más en la habitación.Sabia que era por ELeonor que había ido .La escucho llorar la otra noche desde este mismo dormitorio. Paula sabía todo...Pero Georgina no se iría esta vez. Estaba decidida esta vez .Cerró la puerta con suavidad y avanzó unos pasos.—Tenemos que hablar, Paula.Nada. Ni una reacción.Georgina respiró hondo. Sabía que esto sería difícil. Sabía que su hija tenía un muro construido alrededor de sí misma, una fortaleza de orgullo y resentimiento en la que na
Capítulo: "Un vínculo que sana"Paula nunca había sido el tipo de persona que hablaba fácilmente de sus sentimientos. Siempre había preferido guardarse las cosas, tragarse el dolor, esconder la rabia bajo una sonrisa indiferente. Pero con su madre… con Georgina… las cosas estaban cambiando.Por primera vez en mucho tiempo, Paula no sentía que debía protegerse.Después de la conversación que tuvieron días atrás, algo dentro de ella se removió. Su madre no la atacó. No la acusó. No la presionó. Simplemente le habló como una madre y le dejó una pregunta que aún resonaba en su cabeza:"¿De verdad amas a Sergio?"No lo había respondido en su momento. No quiso. Porque responder significaba aceptar que todo esto había sido una mentira.Pero ahora, en esa mañana tranquila de sábado, mientras estaban en la cocina preparando el desayuno juntas, Paula se sintió diferente.Era como si una parte de ella ya no quisiera pelear. Como si, de repente, la venganza hubiera perdido su sentido.—Mamá, ¿me
CAPÍTULO: "EL BESO DE LA TRAICIÓN" La noche ya estaba en marcha. Paula se miró en el espejo, terminando de arreglarse con una precisión casi quirúrgica. Se alisó el cabello con delicadeza, dejando que las ondas suaves cayeran sobre sus hombros. Su piel perfecta no necesitaba demasiado maquillaje, solo un poco de rímel para resaltar su mirada y un brillo labial sutil. Una última rociada de perfume sobre su cuello. El aroma floral y embriagador se fundió con el aire de la habitación, un recordatorio silencioso de que esta noche, su juego llegaría a su punto culminante. Estaba lista. Hoy terminaba su venganza. Sacó su celular y marcó el número de Sergio. —¿Pasas por nosotras, Sergio? —preguntó con una dulzura que no le costó fingir. Del otro lado, la voz de Sergio sonó amable, pero algo distante. —Nos vemos allá, Pau. Voy con unos amigos. Un pequeño temblor recorrió su mano, apenas perceptible. Paula presionó los labios, pero no dejó que su tono delatara su decepción. —Ah, b
La noche estaba helada. El viento cortante soplaba con fuerza entre los árboles, arremolinando hojas secas y esparciendo el eco lejano de la música de la fiesta. Un recordatorio cruel de lo que había ocurrido. De lo que había salido mal. Paula salió corriendo. Sus tacones resonaban en el pavimento, su respiración era un jadeo errático, su corazón latía con furia contra su pecho. No podía soportarlo. No podía soportar la mirada de decepción de Sergio. No podía soportar ver el rostro destrozado de Eleonor. No podía soportar el vacío que sentía dentro. Pero lo peor… Lo peor era que no sentía satisfacción. No había victoria. No había alivio. Porque lo había perdido todo. A unos metros de la entrada de la fiesta, bajo la sombra de un árbol torcido por el viento, la encontró. Eleonor estaba encogida contra el tronco, sus brazos abrazaban su propio cuerpo, sus piernas parecían a punto de fallarle. Lloraba. Lloraba como si el mundo se hubiera quebrado bajo sus pies. Cada solloz