Capítulo 78.
Victoria estaba lanzando cosas con desprecio desmedido por toda la oficina, los cristales estrellándose en medio de las paredes sin contemplación, tantos años luchando por esta oportunidad y no había servido de nada.
— ¡Maldito seas Herrera! — Dijo con los ojos llenos de sangre.
En ese momento un Mauricio calmado entró a la oficina que ella tenía en el edificio del Conglomerado y la cerró con llave después de entrar.
— Madre no debiste exponerte de esta manera.
—Todos nuestros planes, hijo, están cayéndose como cartas en una torre, odio ver a Erick tan contento y petulante, no lo soporto, se ríe en nuestras caras teniendo el poder que nos corresponde… que te corresponde.
Mauricio asintió de acuerdo pero al mismo tiempo le mostro el teléfono a su madre.
— Mira esto…
Victoria tomo la pantalla confusa por el cambio de tema de su hijo, y si en la pantalla estaba un artículo publicado solo unos minutos antes sobre lo peligrosas que son las adicciones y cómo nadie se puede escapar de esta