Capítulo 18.
Respaldado por la oscuridad de la noche, un hombre que caminaba intentando pasar desapercibido por la gente entraba a una farmacia veinticuatro horas.
El gorro de su sudadera ocultaba completamente su rostro y su actitud puso nervioso a quien atendía el lugar.
Este hombre misterioso sacó la mano de sus bolsillos y extendió una hoja al dependiente.
— ¿Lo tienes?— preguntó nervioso seguía mirando para todos lados, en busca de algo que estuviera fuera de lugar.
El joven extendió su mano temblorosa y observó la hoja, en ella se encontraba escrita una medicina sumamente difícil de conseguir y sobre todo muy cara.
El dependiente negó con la cabeza
— ¡Maldición! ¡Ninguna m*****a farmacia lo tiene! , ¿De qué les sirve tanto si no hay lo que se necesita? —gritó frustrado, sin paciencia.
El hombre misterioso arrebató la receta del joven y salió del establecimiento, no sin antes mirar para todos lados, necesitaba mantenerse a salvo.
— ¡Maldición! ¡Maldición!— Susurraba de manera desesperada mien