Santiago sintió las dudas de Victoria, pudo darse cuenta que, había algo, que le molestaba respecto a lo que había sucedido, era lógico que ella no confiara en él y que tuviera dudas acerca de lo que realmente había pasado, pero no le estaba mintiendo, era verdad que no se trataba del esposo de su amante y definitivamente él, estaba seguro que había sido Dinora, ayudada por un cómplice por supuesto, pero tenía que encontrar pruebas y desenmascarar a la madrastra, no sabía por qué, pero le importaba demasiado qué Victoria confiara en él.
—No tarda en venir el ministerio público a tomar tu declaración. ¿Vas a acusar formalmente a Dinora?
—No puedo hacerlo, porque no tengo pruebas, solamente diré que fue un asalto, ¿Sabes dónde quedó mi cartera?
—No, no he visto tu cartera. ¿La tenía