El visitante era Camilo, exesposo de Fabiola y padre biológico de Paula y Mateo.
Su llegada tomó a Ana completamente por sorpresa.
Los dos se miraron a los ojos, Ana sin ninguna intención de dejarlo pasar, permaneciendo de pie de manera despreocupada mientras rompía el silencio primero:
—Señor Herrera, ¿en qué puedo ayudarlo?
Un "señor Herrera" distante y formal.
El hombre frente a ella vestía una camiseta casual y pantalones holgados, con facciones maduras y elegantes, llevaba anteojos de marco negro, dando la primera impresión de ser un intelectual.
Ana no pudo evitar sentirse un poco aturdida.
Cuando estaba en preparatoria, Mateo solía llevarla frecuentemente a casa de los Herrera para jugar.
En esa época Camilo aún estaba a menudo en casa, y ella había convivido brevemente con él por un tiempo.
Gentil, atento y considerado, era exactamente la imagen paterna que Ana había soñado.
Tenía una muy buena impresión de Camilo.
No esperaba que después de tantos años, su apariencia no hubier