Capítulo 361
Una hora después, el auto se detuvo frente a la entrada principal del Grupo Herrera.

El cielo estaba gris y el aire cargado de calor. Era hora de comer y la gente entraba y salía del edificio. Ana inclinó la cabeza para enviarle un mensaje a Gabriel diciendo que había llegado.

Mientras tanto, Mateo, quien no había dormido en toda la noche, miraba su teléfono con expresión sombría. La secretaria que entró para reportarse temblaba, sin atreverse siquiera a respirar.

—Señor Herrera...

—¡Más te vale que sea importante!

Mateo era como una bomba a punto de estallar en cualquier momento.

La secretaria tragó saliva.

—Señor Herrera, ya notifiqué a todos los miembros del consejo. La reunión será puntualmente a las dos en la sala de conferencias...

Su voz se fue apagando mientras hablaba.

Mateo lanzó su teléfono contra el suelo con un estruendo, destrozando la pantalla.

La secretaria inmediatamente cerró la boca.

Desde que el señor Herrera había regresado del hospital, su temperamento se había vu
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