Capitulo 5
Aún me cuesta creer lo sucedido. La cabeza me va a explotar. Madrina esta triste, se nota en el resplandor de sus ojos cafés y a cada momento pasa un pañuelo negro por su nariz. Por supuesto que ha estado llorando. —¿Y qué piensas sobre la propuesta que te hicieron? —me pregunta Adriel sentado en uno de los sillones de la casa mientras lleva sus manos por detrás de su cabeza para recostarse en el respaldar. —Pues... fue una sorpresa para mí, jamás espere una beca en el Instituto más importante. —Es una gran oportunidad Taimy debes aceptarla —escuchó decir a Madrina en un tono bajo. Volteo a mirarla con una mueca de disgusto. —¿Es en serio lo que me estás diciendo Madrina? Ella me dedica una mirada cargada de dolor y luego planta la vista en el suelo. —Creo que sería lo mejor para ti. —¡Por supuesto que no! —exclamó en negación—. Yo no quiero esa beca, ¡No me quiero ir! —Tranquila Taimy —Adriel se levanta y se acerca tratando de calmarme. —¿Y tú piensas igual que ella? —le cuestiono en un tono molesto. Él se queda callado y desvía la mirada a un lado. —¿Adriel? —le golpeó suave el hombro con la palma de mi mano—. ¡No te quedes callado contéstame! Él gira la cabeza y me mira fijamente. —Aunque... no estoy de acuerdo con que te vayas —murmura resoplando—. Madrina tiene razón. Al instante, un vacío se clava en mi vientre, no puedo creer que él y Madrina quieran que me vaya. Tal vez estén pensando en mi futuro, pero de igual manera yo no me quiero ir. —No puedo creer lo que estoy escuchando —expreso dolida, casi con mis ojos llorosos. —Entiende que es lo mejor para ti —vocifera Madrina con la voz quebrada, viniendo hacia mí y pone sus manos sobre mis mejillas. Sus ojos están brillosos y detallo unas cuantas lágrimas. —Hazle caso a Madrina, te prometo que no te voy a dejar sola, haré lo posible por ir contigo a ese Instituto, pero primero tienes que aceptar esa beca —Adriel insiste—. Necesito que lo hagas Taimy si no... —¡Adriel! —Madrina lo corta y él la mira intranquilo parece que con los ojos le estuviera hablando—. No quiero que hagas tonterías ¿Cómo pretendes ir a ese Instituto? Tengo la misma curiosidad. —Por eso no te preocupes Madrina buscaré la manera —mete sus manos en los bolsillos delanteros—. Tu más que nadie sabe que necesito ir, no puedo dejar a Taimy sola. Ella asiente y se limpia los ojos con las manos. Me mantengo en silencio pensando sobre que decisión tomar y después de largos minutos analizando todo rápido estoy lista para hablar. —No estoy completamente segura sobre esta decisión —me limpió las pocas lagrimas que se deslizan por mis mejillas. —Lo sé mi niña —ella me acaricia el pelo—. Pero, te lo vuelvo a repetir es una gran oportunidad, y el destino no se manifiesta muy seguido... «Destino» Enseguida, las palabras de Loui resuenan en mi cabeza. «El destino de dará las respuestas que necesitas» —Está bien Madrina —respiro suave y exhalo fuerte—. Aceptaré. —Es la mejor decisión —Me da un abrazo de esos que hacía mucho no me brindaba. —Más tarde regreso —De reojo veo como mi hermano abre la puerta principal y sale de la casa. No me siento bien, estoy a punto de quebrarme ante las inmensas ganas de llorar y la enorme tristeza que esta por oprimirme. —Iré a mi habitación quiero estar sola —susurró, apartándome del abrazo y avanzó por el pasillo que da a mi cuarto. Aún no sé, si estoy tomando la mejor decisión al aceptar la beca, pero lo voy hacer por Madrina. Sus palabras terminaron por persuadirme. *** No me di cuenta en que momento me dormí, solo sé que desperté algo desorientada vestida con el uniforme del colegio. Me levantó con pereza y me dirijo al baño para darme una ducha y mientras tanto pongo un poco de música para relajarme. No quiero llegar al colegio. Hoy es el día, donde los miembros del Gobierno Estudiantil del Estado van a ir al colegio a recibir una respuesta de mi parte y confieso que aún no estoy preparada para eso. —¡Taimy te están buscando! —me grita Madrina. —Ya voy... me estoy alistando —trató de que mi voz suene lo más normal posible. Salgo del baño con una toalla enrollada por todo mi cuerpo y corro rumbo a mi habitación. Me visto lo más rápido posible, medio me peino dejando mi pelo suelto y cuando según yo estoy lista, engancho mi bolso en mi hombro preparada para salir. Sin embargo, antes de hacerlo me doy cuenta de que algo anda mal. La ventana de mi cuarto está abierta de par en par y varias de las gavetas de mi cajón blanco están jaladas hacia delante. ¿Qué demonios paso aquí? Minutos atrás me encontraba aquí y estoy segura de que esto no se hallaba así. Alguien tuvo que entrar a mi cuarto y lo más extraño de todo es que al parecer buscaban algo porque en algunas de las gavetas, las pocas cosas que hay allí están desordenadas. Asustada voy directo a la ventana para ver si hay algo sospecho, pero no, no hay nada. ¡Esto es muy extraño! Acomodo todo en orden y luego me dispongo a salir rápido para dirigirme a la sala donde se encuentran Tess y Ander. ¡Mis amigos! Se me forma un nudo horrible. —¡Amiga!, ¿Cómo estás? —Tess al verme se tira encima mío para abrazarme. —¡Eh bien! —me frotó la frente con mi mano, aún pensando en lo que ha ocurrido en mi habitación y en como decirle que me voy a ir. —¿Es verdad que te ofrecieron una beca en el Instituto de Valle Luna? —pregunta con asombro tristeza. —Si, es verdad —suelto una bocanada de aire. —¿Y aceptarás? —Si —asiento mirando al suelo. —¿QUÉ? —grita Ander histérico levantándose de golpe del sillón donde estaba sentado. —Madrina y Adriel me insistieron mucho. Ander me mira desconcertado como si no entendiera lo que acababa de decir y de manera impulsiva camina por el pasillo marchando a la habitación de mi hermano. ¿Qué pasa con su actitud? —Ander es extraño amiga —comenta Tess encogiéndose de hombros—. Pero entiéndelo, le duele que te vayas al igual que a mí. Tess tiene razón. Es normal la reacción de Ander con todo este tema de la beca, era de esperar ¿no? Y también puede que no le gustara mi decisión. —¿Y tú que opinas sobre la beca? —le preguntó a mi amiga. —Creo que es una gran oportunidad —medio sonríe —. Te voy a extrañar muchísimo si, pero quiero lo mejor para ti. Una oleada de tristeza y conmoción me invade al escuchar sus palabras. —Gracias Tess, no sabes lo importante que es tu apoyo para mí —extiendo mis brazos hacia a ella para darle un abrazo. Casi me pongo a llorar de no ser por Madrina que nos interrumpe. —¡Es hora de irnos! En parte me hace muy feliz que mi mejor amiga me apoye. Ander no esta muy convencido. Cuando lo hable con él me dijo que no es bueno que vaya a Valle Luna, pero al final trato de aceptarlo según él porque no le quedaba de otra. Jamás pensé que esto de la beca le cayera tan mal. Al llegar al colegio me dirijo junto con Madrina a la oficina de la directora y al entrar nos encontramos con los miembros del Gobierno Estudiantil del Estado. Me sorprende lo puntuales que son, apenas faltan cinco minutos para las diez. —¡Buenos días! —saluda la señora Cecilia al vernos—. Por favor tomen asiento —señala el sillón café detrás de nosotros. El señor Esteban es el primero que se digna a hablar después de ella. —¿Qué decisión tomaste Taimy? Este hombre es a lo que venimos, directo al grano. Volteo a mirar Madrina la cual está a mi lado y con una sonrisa entrecerrada agarra mi mano para trasmitirme confianza. —Amm... —trago saliva—. Si voy... aceptar la beca —digo con mi vista sembrada en el suelo. —Nos alegra mucho que tomarás esa decisión —expresa la señora Cecilia con una nota alegre—. Valle Luna es el mejor lugar para ti. No sé por que le agrada tanto la idea de que me vaya para Valle Luna. Está bastante emocionada, algo que de verdad me desconcierta. —Ahora lo único que necesitamos es que usted Beatriz firme esta hoja como muestra de que está de acuerdo —el señor Esteban le muestra un papel a Madrina junto con un lapicero. Ella medio lo lee y de inmediato firma. Como me duele todo esto. No puedo decir que estoy entusiasmada porque no es así. —Perfecto ya está todo listo —el señor guarda la hoja en un expediente. —Ve a tu casa y recoge tus cosas, yo misma te llevaré a Valle Luna —me indica la señora. —¿Ahora? —cuestionó desconcertada con mis ojos bien abiertos. Ella asiente con la cabeza, y yo no puedo creerlo ni Madrina tampoco. ¿Tan precipitado? Pensé que sería mañana el momento de partir. Mis compañeros, profesores e incluso la directora tuvieron el detalle de despedirme de una manera muy linda. Hicieron un almuerzo con el fin de compartir por última vez con ellos. Al final termine llorando. Cuatro horas más tarde, llegó a la casa y con todo el dolor de mi corazón comienzo a empacar todo lo que considero necesario. También echo en el bolso una fotografía en donde salimos mi padre, yo y mi hermano y otra donde sale Madrina. Con dos maletas enganchadas en mis hombros, salgo de mi casa y en la carretera, en el borde de la cera ya se halla la señora Cecilia en su auto color blanco. La verdad no tengo idea de marcas lo único que puedo decir es que es muy lindo y fino. Por otro lado mis amigos también me esperan con sus caras tristes. —Te vamos a extrañar muchísimo —me dice Ander brindándome un abrazo—. Cuídate mucho por favor y no confíes en nadie —susurra en mi oído y una vez me separo de él lo miro confusa. —Te quiero mucho hermanita —Adriel me mira fijamente con sus ojos llorosos y eso me estremece bastante—. Te prometo que no te voy a dejar sola pronto estaré contigo —me da un beso en la frente y un fuerte abrazo. Madrina también se nos une. —Te queremos amiga no te olvides de nosotros —solloza Tess limpiándose los ojos. —No seas tonta, jamás me voy a olvidar de ustedes, los quiero muchísimo —mi voz suena quebrada, no puedo evitarlo. Adriel, me quita las maletas y las pone en la parte trasera del carro. Voy hacia el extremo del auto y abro la puerta del copiloto. —¿Taimy? —distingo la voz de mi mejor amigo. Pongo mi atención en él—. Recuerda lo que te dije. No puedo explicar lo que me trasmitió su mirada, pero si detalle algo de preocupación y miedo. Asiento con mi cabeza y terminó por subirme por completo al auto. Cierro mis ojos unos segundos para tratar de que las lágrimas no se me alboroten. Durante todo el transcurso pase observando por la ventana y por ratos me quedaba dormida era inevitable, pero con los constantes movimientos del auto lograba despabilarme. En un punto me maravillo al ver el paisaje tan asombroso, ahí caigo en cuenta de que hemos salido por completo del estado. La verdad no tengo idea de donde estamos exactamente. Este lugar es sumamente hermoso, visualizó un enorme espacio de zona verde y muchos árboles en donde prevalece la naturaleza. La carrera es angosta y perfectamente asfaltada. —Taimy ya estamos en Valle Luna —la señora Cecilia me mira de reojo. —¡Wow! —expresó maravillada ante la increíble imagen—. es demasiado hermoso aquí —veo una pequeña cascada, donde el agua cristalina posee un poderoso fulgor, cosa que nunca antes había visto. Parece mágico este lugar. Ella se desvía a una zona un poco más escondida en una entrada solitaria y mas adelante hay unas enormes rejas negras con gran altura. Distingo salir de una casetilla a un guarda quién se acerca al auto por la ventanilla del piloto, y al ver a Cecilia no pone ningún problema, solo la saluda y la deja pasar. —Ya llegamos, ¿estás lista? —me pregunta mientras aparca su auto. —Eh... Creo que si —me encojo de hombros un poco nerviosa. Salgo del auto aún con mis nervios a tope, y no es por ser dramática, pero casi me voy para atrás al ver la maravilla frente a mí. Es hermoso. Estoy en el Instituto Internacional de Valle Luna, este lugar parece un castillo y eso que aún no he entrado, pero basta con verlo por fuera para deducir lo grande y magnífico que es. El edifico parece construido con ladrillo marrón y detalles de piedra clara en esquinas, ventanas y columnas. En el centro hay una entrada en arco, flanqueada por dos torres altas y simétricas con ventanas estrechas y detalles arquitectónicas verticales. Encima del arco de entrada hay un balcón cerrado con ventanas y justo arriba de eso, un reloj circular en el centro de una estructura decorativa con pináculos. En la parte delantera del Instituto hay vegetación recortada de arbustos y árboles lo que sugiere que la zona está bien cuidada. La señora Cecilia me alcanza mis maletas y me apuro a seguirla porque no me quiero perder, hay un montón de pasillos, esto parece un laberinto. Tiempo después, llegamos a un sitio donde dice «Dirección» y ahí se ubican dos señoras sentadas detrás de un escritorio, deduzco que son secretarías. Ellas al ver a la señora Cecilia la saludan de una forma amable y le indican que pase a una oficina que contiene un cartel en la puerta con las siguientes letras: «Directora Victoria Cowling» Pongo atención al piso, el cual es de una cerámica porcelanato color crema bastante brillosa. Todo alrededor es impecable y precioso. Por mandato de Cecilia espero un momento afuera, así que por mientras me siento en un pequeño sillón que está situado en la pequeña sala donde hay aire acondicionado y unas dos macetas en la esquina decorando el sitio. Justo a mi lado hay un estante con un aparato en donde se puede agarrar café, chocolate y fresco. ¡Qué increíble! esto es demasiado lujoso. Al momento que colocó un vaso y estoy apunto de apretar el botón para probar la delicia de la máquina sale Cecilia indicándome que pase a la oficina. Pero que inoportuna. Las piernas me tiemblan, y con todo el miedo entró a esa oficina. Hay una mujer que imagino es la directora. Tiene los ojos color verdes oscuros, cabello rubio claro, y está peinada con un moño alto, puedo calcularle unos cincuenta y tantos años. Se conserva muy bien porque no luce vieja. Su mirada es lo que me causa temor. Las paredes de la oficina son de un color papaya claro con blanco, hay un escritorio muy ordenado junto con unos estantes llenos de gavetas y detrás se sitúa una enorme ventana que deja ver gran parte del bosque. En una esquina se encuentra una puerta que supongo se trata de un baño. Por la otra esquina percibo un juego de sillones color vino y una pequeña mesita de vidrio en frente. Así que por conclusión, me parece perfecta. —Ella es Taimy Johnson —me presenta Cecilia colocando su mano sobre mi hombro. Yo solo medio sonrío y asiento con la cabeza. —Yo soy Victoria Cowling la directora de este Instituto —anuncia la mujer muy orgullosa—. No sé si Cecilia te habrá comentado que aquí hay reglas las cuales se tienen que cumplir con mucha disciplina, en esta hoja dice todo claramente —se levanta de su silla para darme una hoja con una serie de reglas. Vaya Bienvenida. ¿Qué esperabas? ¿Una fiesta de bienvenida en tu honor? Por supuesto que no, es solo que... —Me dices si tienes alguna duda —se vuelve a sentar de nuevo en su silla y me dedica una mirada que me eriza un poco la piel. Me hundo en la silla que está en frente de mí y me dispongo a leer toda la hoja. Conforme voy leyendo mis ojos cada vez se abren más. ¿Esto es en serio? ¡Son demasiadas reglas! Aquí dice que... • Las clases empiezan a las 7:00am, antes de eso se debe pasar al comedor a las 6:35am. • Las clases los días: Lunes y Jueves se terminan a la 2:00pm, Los Martes, Miércoles y Viernes se finalizan a las 11:50am. • El almuerzo es a las 12:10pm (según el día entrarán a clases a las 12:45pm, si no tienen lecciones podrán irse al "Dormitorio Estudiantil.") • La merienda es de 3:15pm a 3:45pm en el comedor y la cena es de 6:00 a 6:30pm. Importante • Todos los días los estudiantes tienen que estar durmiendo a las 9:00pm en sus respectivos dormitorios. • Si el estudiante necesita hacer alguna llamada podrá hacerlo los días Martes y Viernes en la dirección a partir de la 1:00pm hasta las 4:00pm. • La lavandería estará abierta los días Martes, Miércoles, Viernes, y los estudiantes pueden ir según el orden de dormitorios por ejemplo: "Dormitorio 1 y 3 de Mujeres" "Dormitorio 1 y 3 de Hombres" de 12:45pm a 1:45pm. "Dormitorio 2 y 4 de Mujeres" "Dormitorio 2 y 4 de Hombres" de 1:50pm a 2:50pm. "Dormitorio 5 y 6 de Mujeres" "Dormitorio 5 y 6 de Hombres" de 3:00pm a 4:00pm. • Si los estudiantes desean ir a visitar a sus familiares podrán hacerlo (los fines de semana) el Sábado en la mañana podrán irse a partir de las 8:00am y tendrán que regresar el Domingo a las 5:00pm (Si el estudiante desea quedarse en el Instituto puede hacerlo.) Todos los estudiantes deben cumplir con todas las reglas aquí mencionadas de lo contrario se le aplicará una "Sanción" eso significa ("más deberes y se les quitará el derecho a algún privilegio.) Cuando por fin termino de ojear la dichosa hoja quedo pasmada, ¿Qué clase de Instituto es este? Si tenía conocimiento de que es un Instituto de mucho nivel y de muy alta categoría, pero jamás imagine que fuera como una cárcel. Nunca antes había visto tantas normas juntas, es más, creo que ni en la cárcel tienen tantas reglas como aquí. Levanto mi mirada hacia la directora y ella al igual que Cecilia me observan fijas como si esperaran que diga algo. —A-hh...Tengo una duda —me levantó despacio de la silla con el ceño fruncido. —¿Cuál duda? —cuestiona la directora cruzándose de brazos. —¿Por qué tantas reglas? Ella ríe por lo bajo y se levanta rodeando el escritorio antes de hablar. —Aquí es un Instituto de muy buen rendimiento académico el cual se encarga de velar por la buena conducta y aprendizaje de todos los estudiantes ¿Quedó claro? Parpadeo repetidas veces analizando lo acaba de decir. —Victoria por favor... —murmura Cecilia entre dientes. —Necesito que le quede claro cómo funcionan las cosas aquí Cecilia —dice en un tono algo tosco. dedicándole una mirada fría. Cecilia solo niega y exhala con fuerza. —¿Entonces Taimy? —incrusta sus fulminantes ojos verdes en mí—. ¿Tienes algo más que preguntar? De forma rápida le doy un vistazo a la señora Cecilia y luego vuelvo a mirar a la arrogante mujer. —No, todo está claro —coloco un mechón detrás de mi oreja. —Bienvenida seas entonces, ya verás que aquí aprenderás a controlar tu comportamiento —objeta con una sonrisa claramente fingida. Espera... ¿qué? ¿ESO FUE UNA INDIRECTA? Bien directa querida. —Aquí está tu horario de clase y el dormitorio en dónde te vas a instalar —me extiende otra hoja más pequeña. ¿En dónde he venido a parar? —Bueno yo me retiro, muchas gracias por todo Victoria nos vemos prontó —Cecilia se despide de ella con un beso en la mejilla y noto como le susurra algo al oído. Seguidamente, se gira hacia a mí. —Te deseo lo mejor Taimy, si en algún momento necesitas mi ayuda no dudes en contactarme. —Gracias lo tendré en cuenta. Y sin más, Cecilia se marcha, dejándome sola con la directora. Con la odiosa mujer querrás decir. Estoy empezando a sentirme extraña estando aquí, aún sigo sin asimilar que vaya a estudiar en este Instituto «si es que se le puede llamar así» con tanta dictadura. Creo que jamás podré acostumbrarme a un sitio como esté. En fin... que inicie la pesadilla.