- ¿Lina? - oigo que alguien me llama por mi nombre en voz muy baja - ¿Lina?
- Humm - murmuro dándome la vuelta en la cama.
- Lina, despierta perezosa -siento que un cálido beso se deposita en mi espalda.
- Sólo cinco minutos más - pido disimuladamente.
- No. ¡Es hora de despertar, mi hermosa loba! - dice Nicollas y se tumba encima de mí, me asusto y dejo salir un pequeño grito de mi boca.
- Vale, vale, ¡me toca! - digo besando su barbilla.
- Ahora levántate, tenemos mucho que agilizar, ya que quieres que tuya amiga sea nuestro vecina - dice levantándose de la cama y yendo al baño, creo que no le gustaba la idea de tener vecinos.
De un salto también salgo de la cama y le sigo hasta el baño, abro la puerta y le encuentro caminando hacia la ducha, corro y le abrazo por detrás.
- ¡Te quiero! - digo con mi cara pegada a su espalda.
Él no dice nada, sólo sigue caminando, entramos y abre la ducha, conmigo todavía pegada a su espalda, siento la agua fría en mi cabeza y me bajo de él, dan