Dante se acostó al hacerlo vio el rostro de Allegra, ¿cómo se había equivocado así?. Le corrió el pelo y se la quedó mirando unos minutos.
Eran las seis cuando él se despertó, después de vestirse se dirigió al gimnasio.
Entreno por dos horas al ingresar a la habitación vio que Allegra seguía durmiendo. Luego de ducharse decidió despertarla.
Dante le dio un beso en la frente, Allegra se dio la vuelta, Dante le dio un beso y se corrió Allegra abrió los ojos y se encontró a Dante mirándola. No le dio vergüenza. Le gustó que estuviera allí. Le pareció tan natural, que era como si hubiera estado años despertándose a su lado. Lo miró y sintió que le revoloteaba el corazón.
—Buenos días -susurró sonriendo-. Es de mala educación mirar fijamente. Me has despertado -le dijo.
Dante sonrió.— Pense que tendría que tirar alguna especie de explosivo.
Allegra sonrió. Dante le acarició el pelo y la atrajo hacia sí con fuerza. — Me cuesta despertar.
-Y yo no he dormido de lo que te deseo.
-Oh... -dijo