Dante fue a buscar a Allegra y la encontró conversando en la sala, al mirarla la noto algo incómoda con la actitud de William Gladstone.
— Te estaba buscando, regresamos a Londres hoy mismo dijo Dante.
— Iré a preparar el equipaje dijo Allegra feliz de regresar a Londres.
— Es una pena que nos abandone tan pronto dijo William.
—Puedo imaginar que lo lamenta. Requiero los permisos y a cambio apoyaré su campaña.
— Supongo nos encontraremos en Londres.
— Por supuesto estaré encantado de recibirlo en mi oficina respondió Dante.
— Que le parece si cenamos en mi yate. Supongo Allegra e Yvette estarán encantadas de sumarse.
— Allegra se marea. Lamentablemente no podrá acompañarnos.
— Podríamos cambiar de lugar comento William. Dante sonrio.
— No suelo compartir. Si quiere ganar apuéstele al caballo correcto. Necesito los permisos, pero usted no es indispensable recuerde eso cuando piense en Allegra…
Allegra miraba a Dante durante su vuelo parecía molesto y no entendía por qué. Los días pasar