2

POV Catalina

Sin mucho rodeo, llegamos a la casa de la familia de Daniel, no nos hablamos durante todo el camino, él estaba muy molesto por contradecirlo y responderle de la forma en que lo hice, y yo estaba molesta por la forma en que me trataba, estaba harta realmente.

Bajamos del auto sin dirigirnos la mirada, caminamos hacia donde estaba la fiesta, el lugar estaba abarrotado de gente como lo esperaba.

-Compórtate a la altura, ¿Quieres? Más te vale que no contestes como lo hiciste hace rato- Susurró molesto mientras nos acercábamos a su familia, yo no respondí nada.

-Hola hijo, ¿Dónde estaban? Ya los esperábamos, Catalina ¿Cómo estás?- Nos saludó Diana, la mamá de Daniel, cuando nos acercamos a ella.

-Tuvimos unos problemas para venir mamá- Contestó dándome una mirada con recelo –Pero ya estamos aquí que es lo importante-

-¿Cómo estas Diana?- Pregunté para desviar la atención de sus comentarios.

-Todo perfecto linda, ¿Qué hay de ti?- Respondió con una sonrisa.

-Han sido días complicados, mucho trabajo y... bueno, tú comprendes-

-Ya lo imagino, me alegro de que pudiste hacerte un espacio para venir a acompañarnos, enserio lo valoro, y por cierto, ¡Te ves preciosa!-

-Muchas gracias, me da gusto estar contigo y acompañarte- Dije omitiendo el nombre de Daniel, que para nada me estaba dando gusto acompañarlo.

Él solo se mantenía en silencio observándonos hablar, nos despedimos de Diana y continuamos caminando por el lugar saludando a los familiares que conocía. Buscábamos un lugar donde poder sentarnos, las mesas eran para 6 personas así que planeaba buscar una que estuviera sola ya que el ambiente estaba sumamente incómodo con Daniel, él me miraba de una forma horrible, solo quiero que todo lo nuestro termine de una vez, pero honestamente, temo por su reacción...

POV David

Por fin, de vuelta en casa... Después de vivir 5 años en Nueva York, estoy de vuelta en Boston, mi hogar. Extrañaba tanto estar aquí, después de probar suerte y abrir una pequeña empresa en Nueva York, pude lograr establecerla de una excelente manera, que poco a poco fue creciendo y tomando prestigio, al punto de poder expandirla y abrir una nueva instalación aquí en Boston.

En este momento me encuentro recostado en el sofá de mi departamento solo perdiendo el tiempo, me estoy tomando unas pequeñas vacaciones en lo que el edificio de mi nueva empresa está terminado, me hacía falta un descanso después de tanto trabajo. Mientras hacía un café para desayunar, escucho que suena mi teléfono, así que me apresuro a tomarlo para responder.

-Zepeda- Respondo sin ver quien era.

-David , hermano, ¿Qué andas haciendo?- Era Sebastian, mi mejor amigo de toda la vida.

-Hola Seb, no estoy haciendo nada realmente, ¿Por qué?- Pregunto sentándome de nuevo en el sofá.

-Me alegra escuchar eso porque te quiero invitar a que me acompañes a una fiesta-

-Hermano, ¿No crees que ya estamos algo grandes para ir de fiesta como unos universitarios?- Pregunto riendo.

-No ese tipo de fiesta idiota, mi familia tiene una fiesta esta tarde, creo que es algo importante, y te quería invitar a venir conmigo- Dice animadamente.

-No lo sé, acabo de llegar hace 3 días, aún sigo algo cansado por el viaje, tal vez en otra ocasión-

-¡Vamos David !, por favor. No quiero estar solo ahí 5 horas perdiendo mi tiempo-

-¿Y quieres que yo vaya y esté 5 horas perdiendo mí tiempo?-

-Claro, al menos podemos perder el tiempo juntos, y puedes contarme todo lo que viviste en Nueva York. Por favor David -

Lo pienso un momento antes de responder, tal vez no sea tan malo salir a desestresarme un poco...

-De acuerdo, vamos...- Respondí finalmente no muy convencido.

-Oh gracias hermano, te debo una, te mandaré un mensaje con la hora y la dirección-

-Bien- Y sin más corté la llamada.

Me puse a buscar rápidamente algún atuendo formal para el evento, por la naturaleza de mi trabajo, tenía ropa formal de sobra, por lo que no me fue muy difícil encontrar algo apropiado. Sebastian me mandó la dirección y la hora del evento, así que faltando una hora para que este comenzara, empecé a alistarme para alcanzar a mi amigo en ese lugar.

Conocía bien a la familia de Sebastian, después de todo habíamos crecido juntos y habíamos estado en muchas de las fiestas familiares del otro, su familia me consideraba uno de ellos, igual que la mía lo consideraba a él.

Pasó el tiempo y después de darme una ducha, comencé a alistarme para la fiesta, rápidamente me vestí con un traje negro sencillo, salí de mi departamento y emprendí camino a la dirección que me envió Sebastian. El lugar no estaba muy lejos, así que no me tomó mucho tiempo llegar ahí. Mi amigo ya se encontraba en el lugar cuando llegué, bajé del auto y lo saludé con un fraternal abrazo.

-¡Zepeda!- Me saluda con una sonrisa.

-Stan, es bueno verte- Respondo de igual forma.

-A mamá le dará mucho gusto saber de ti- Comenta mientras nos adentramos al jardín donde era el evento.

Caminamos por el lugar, fui a saludar a la mamá de Sebastian y a una parte de su familia, no conocía a muchos de ellos ya que estaban más personas de lo que normalmente había en sus fiestas. Mi amigo y yo decidimos detenernos a charlar un poco, y así hubiera sucedido de no ser porque una persona se acercó a nosotros...

-¡David ! ¡Volviste!- Interrumpió una voz femenina –Me alegro tanto de verte de nuevo- La mujer frente a mí se lanzó hacia a mí y me abrazó como si su vida dependiera de ello, haciéndome sentir muy incómodo.

-Nicole, déjalo- Le dijo Sebastian.

Nicole era una prima de Sebastian que siempre había sentido un interés por mí desde que tengo uso de razón, jamás perdía la oportunidad de hacer insinuaciones bastante sugerentes cada vez que coincidíamos en algún lugar. Obviamente jamás permití que algo sucediera, Nicole no era exactamente mi tipo de mujer ideal.

Y no me malentiendan, era físicamente muy atractiva, pero su belleza interior era nula, no tenía aspiraciones, no tenía esa sencillez, humildad e inteligencia que adoro en una mujer, y simplemente no me transmitía nada el verla. Yo era una persona reservada con quienes no me transmitían confianza, por lo que rápidamente la alejé de mí con cuidado.

-Buenas noches Nicole- Saludé con cortesía.

-Estoy feliz de que hayas vuelto David , ¿Por qué no me lo mencionaste? Pudimos haber salido a tomar un trago o algo así...- Sugirió en un tono muy coqueto.

-¿Por qué iba a mencionarlo?- Pregunté algo frio, solo quería pintar mi línea con esta chica, no quiero que malinterprete nada.

Sebastian comenzó a reír por mi comentario.

-No lo sé, tal vez porque ahora que estas aquí podríamos salir a alguna parte- Comentó mordiendo su labio inferior, okey, esto es demasiado incómodo.

Notaba las intenciones de Nicole, la conocía desde hace varios años y sabía lo que yo significaba para ella, me veía como un trofeo para llevar a la cama, era todo lo que quería, yo no me caracterizaba por ser un hombre que saliera con muchas mujeres y se acostara con una y con otra, aun me gustaba creer en la idea de encontrar a mi chica ideal, con quien algún día me casaría, tendría una bonita casa y formaríamos una hermosa familia, aunque, quien sabe, tal vez eso solo quede en mi imaginación...

-No lo creo Nicole- Respondí finalmente a su propuesta.

-¿Estás seguro? Quizás podríamos...- Comenzó a decir pero Sebastian la interrumpió.

-Escucha Nicole, David no te lo dirá porque es un caballero, pero yo si te lo diré, él no está mínimamente interesado en ti, ni en salir contigo, ni en follar contigo. No lo está, no lo estuvo, y no lo estará. Así que deja de ser tan jodidamente intensa, lleva tus hormonas locas a otro lado y deja de molestar- Dijo Stan en un tono firme.

Nicole lo vio con una mirada de odio puro, me miró a mí de igual forma y se decidió a irse a otro lugar no sin antes susurrar algo para ambos.

-Ya lo veremos- Fue lo último que dijo antes de irse de ahí.

-Creo que tendría que agradecértelo, pero, ¿No crees que fuiste algo duro?- Pregunté mientras comenzábamos a caminar de nuevo.

-Créeme David , tenía que ser así, Nicole no entiende. La conozco muy bien, y te diré algo... Ella no es una buena persona, enserio- Soltó de forma muy seria.

Sebastian era la persona más bromista y carismática del mundo y si decía eso de forma seria es porque realmente así era, por lo que tendría que irme con cuidado con esa mujer y estar lo más alejado de ella posible, no me interesaba para nada relacionarme con gente así.

-En todo caso te lo agradezco- Dije riendo.

Continuamos hablando y caminando un poco hasta que Sebastian se detuvo a saludar a unas personas que se encontró, yo iba algo distraído viendo a la nada, pero presté atención cuando mi amigo se detuvo a saludar muy efusivamente a una de las personas.

-¡Catalina !- Se acercó rápidamente a la chica que se había encontrado y le dio un caluroso abrazo.

-¡Sebastian!- Respondió con la misma alegría la otra voz, aun no podía ver el rostro de aquella mujer.

-M****a ¿Dónde te habías metido, linda? No te he visto desde hace como tres semanas, hablar por teléfono no es suficiente- Preguntó con voz suave.

Solo podía ver a mi amigo sonreír como idiota mientras yo veía la escena algo confundido, vi un poco más atrás y observe a la persona que venía acompañando a la chica, era un hombre que miraba a Sebastian como si lo quisiera asesinar, en ese momento comencé a verlo mal al observar la actitud de ese sujeto. Por fin mi amigo y esa chica se separaron y pude verla a la cara.

Oh por Dios... era la criatura más perfecta que jamás hayan visto mis ojos, esa mujer era preciosa, la observé detalladamente, su nariz respingada, sus labios carnosos, su sonrisa que adornaba perfectamente su cara y... sus ojos, m****a eran tan bonitos. Estaba literalmente con la boca abierta observando a la chica frente a mí.

Tuve que obligarme a mí mismo a desviar mi mirada hacia otro lado, miré de nuevo a su acompañante y creo que se dio cuenta de la forma en la que la miré porque ahora parecía querer matarme a mí. Lo vi desafiante esperando a que dijera algo, pero me vi interrumpido por mi amigo que me devolvió a la situación.

-Te extrañaba mucho Catalina , te ves hermosa- La halagó Sebastian, y claramente no mentía, se veía deliciosamente prefecta, toda ella.

-Te lo agradezco, Seb- Respondió con una bonita sonrisa.

-Stan- Interrumpió molesto el hombre detrás de nosotros, acercándose a ella y sujetándola fuerte por la cintura de una manera posesiva, yo fruncí el ceño de inmediato.

-Daniel- Respondió de inmediato mi amigo cambiando drásticamente su actitud de hace unos segundos, ahora se le veía algo serio como si el sujeto frente a nosotros no fuera de su agrado.

La chica se removió inquieta e incómoda ante el agarre del hombre que al parecer se llama Daniel, se soltó rápidamente y se alejó unos pasos de él acercándose más a nosotros. Por primera vez ella levantó su mirada y nuestros ojos se encontraron dejándome sumamente cautivado, la estuve viendo un par de segundos y ella a mí, olvidándonos por completo de todo a nuestro alrededor.

-Discúlpame, ¿Dónde están mis modales?- Interrumpió Sebastian -Catalina , él es mi mejor amigo David , del que te hablé. David , ella es Catalina , una muy querida amiga-

Ella con una sonrisa extendió su mano hacia mí, no dudé ni un segundo en tomarla y apretarla un poco, no sé porque carajo esta chica me dejó absolutamente embobado.

-Mucho gusto Catalina , es un placer conocerte- Dije sincero, verdaderamente un placer...

-El gusto es mío David - Respondió amable. Nuestras manos aún seguían sujetas, hasta que Daniel quitó la mano de Catalina bruscamente para remplazar de una forma "indiscreta" el agarre de ella por el de él.

-Soy Daniel, al parecer Sebastian no tiene ganas de presentarnos- Soltó algo serio, yo lo miré de la misma forma en que lo había estado mirando y retiré mi mano.

-Sí, ya lo había escuchado. Soy David - Contesté serio, Catalina miraba a Daniel de una forma molesta, ¿Serán pareja? Honestamente esperaba con todo mi corazón que no fuera así, aunque desconocía el motivo de porqué quería eso.

-Bueno, ya nos vamos, gusto saludarte Sebastian- Dijo Daniel tajante, con su mismo semblante odioso casia arrastrando a Catalina con él.

-Nos vemos Seb, un placer David - Alcanzó a decir ella con una pequeña sonrisa antes de perderse entre la gente.

M****a... No soy una persona que se deja cautivar con cualquier cosa, y tampoco creía mucho en el amor a primera vista, pero después de esto, Dios...

Catalina me había dejado tan jodidamente idiota, nunca había visto mujer más perfecta, desprendía una vibra tan cálida y gentil, te sentías bien solo de estar al lado de ella, su sonrisa... Su rostro y su figura, no me cansaría de decir que era la mujer más jodidamente sensual y hermosa que hay. Hasta su nombre es hermoso...

¿Será acaso que esta chica me enamoró?

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP