DUSTIN ULIBARRI
Disfruté como nunca antes. En la cama con una desconocida pude gozar de una libertad sexual que jamás sentí, aunque estoy esposado. ¿Cómo acabé sintiéndome tan libre estando en esta posición? Ella sin conocerme hizo lo que tanto se había apoderado de mi mente, ¿Cómo es eso posible?
Cuando comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo me sentí más que excitado. La sentí dudar y le recomendé como hacerlo para que fuera más cómodo para ella. Se sentía tan insegura, ¿No era así como me sentía yo en la intimidad con Mireya? Compararnos en este momento me da pesar, pero es la verdad.
Quito a Mireya de mis pensamientos mientras observo a esta hermosa mujer desnuda sentada sobre mi. Elevo mi cabeza intentando capturar uno de sus pechos desnudos que atrajeron mi atención hace tanto. Ella me besa, pero luego comprende lo que deseo.
Su piel es tan dulce, tan adictiva... Escucho como gime al tener mi pezón en su boca y siento que vuelvo a crecer dentro de ella.
Ella se