—Ni siquiera te dije nada de lo que pasó en los sueños, sólo que él estaba en ellos. Por lo que sabes, estábamos jugando al ajedrez—.
—Sí, y el rey y la reina estaban jodiendo—.
Jadeo y luego me río cuando ella entra a mi apartamento. —Si no estuvieras embarazada, te haría tropezar ahora mismo—.
Ella se ríe. —Como estoy aprendiendo con Law, las mujeres embarazadas se salen con la suya en muchas cosas. Ayer me dejó arrastrarlo durante cuatro horas de compras—.
—Poor Law. Espero que no creas que estás ayudando a mover nada—.
Ella suspira. —No. Lord Law me ha prohibido siquiera levantar una taza de café mientras estoy aquí—.
Me río, pero amo la forma en que Law ama a mi hermana. No pensé que nadie sería digno de ella, pero él lo es... casi.
—¿A qué hora llegará Laury?— —Pregunta Sara.
—Ella tiene trabajo esta mañana, así que le dije que se reuniera con nosotros en la casa—.
Casa. Todavía no puedo creer que pueda decir esas palabras. Que hoy me mudo a una casa. Mi casa. Vivir de cheque en