Leonardo
Cuando llego a casa del abuelo, toco el timbre y a los pocos segundos me recibe la señora Cata con una cálida sonrisa, no sin antes informarme que mi abuelo tiene una visita, por lo que asumo que es su asistente. Sin embargo, mi sorpresa es enorme cuando me encuentro de frente con Camille, quien en cuanto se da cuenta de mi presencia se levanta de su asiento, se despide de mi abuelo y se marcha sin mirarme ni una vez.
—¿Qué hacía ella aquí? —lo cuestiono más hosco de lo que pretendía y debido a lo cual mi abuelo frunce el ceño.
—Vino a despedirse de mí. Estará fuera del país por algún tiempo y, aunque no sea su abuelo, ella sí se acuerda de mí, no como otros —responde con molestia, pero al mismo tiempo parece triste. Sé que le duele el que ella decida irse y, aunque trate de negarlo a mí, también me duele que se vaya.
—¿Cuándo y a dónde se irá? —inquiero tratando de averiguar más sobre ella.
—Eso es un asunto entre ella y yo. ¿A qué has venido? Te olvidas de mí y nunca me habl