—Pasó algo feo, ¿verdad? –dijo Felipe acercándose a su padre con un abrigo en las manos y poniéndoselo en los hombros. Antonio que se asomaba al balcón de la pequeña habitación y miraba la noche fría. Al escuchar a su hijo hizo una mueca meneando la cabeza.
—Emilia se comporta… extraño, ¡como si hubiese olvidado todo por lo que tuvo que pasar!
—Tal vez es eso, y lo está intentando.
—¿Cómo puede hacer algo así?
—¿Entonces, deberá vivir toda la vida sufriend