Emilia volvió a la empresa, a su trabajo y a su antiguo cubículo. Ésta vez se presentó en la oficina de Adrián antes de que él llegara para hablar con él de su regreso, y al verla, él le sonrió y le estrechó la mano.
—Bienvenida de vuelta –le dijo con una sonrisa, y Emilia se la devolvió sintiéndose un poco avergonzada. La última vez que se vieran, ella había hecho un show terrible y él se había visto envuelto en ello.
—Gracias.
—Esta vez te quedarás indefinidamente, ¿verdad?
—Eso espero –sonrió ella sintiéndose un poco tímida.
—¿Deberé mantener a Rubén al margen? –Emilia lo miró fijamente pensándose esa respuesta, pero mantenerlo al margen no ayudaría mucho a la consecución del propósito que la hab&ia