Laila despertó al sentir algunos rayos de sol en su rostro. Debía ser alrededor de las ocho de la mañana, pero aún no tenía muchos ánimos de levantarse.
Se giró y sonrió al ver a Michelle aún dormido. Era el quinto día consecutivo que despertaba a su lado. Desde la primera vez que habían pasado la noche juntos, él se las había ingeniado para convencerla de quedarse a dormir con él. No es que necesitara insistir demasiado. Disfrutaba pasar las noches con él.
Había descubierto que hacer el amor con él era en cada ocasión una experiencia diferente y magnífica. Aunque también le gustaba aquellas noches que se quedaban hasta muy entrada la noche hablando sobre cualquier cosa. Michelle no tenía reparos en compartir su vida con ella y Laila quería ser igual de abierta con él.
Estiró la mano y acarició su mejilla. Disfrutó de la sensación de su incipiente barba contra la mano y se quedó allí durante algunos minutos. Cuando intentó alejar la mano para levantarse, él la sujetó por la muñec