Todo era maravilloso, la verdad no entendía porque Adler me había traído a un lugar tan lujoso y lejos como este.
—¿Te gusta?
—Sí, es muy bello el lugar y me asusta un poco lo lujoso que es, y yo vine con estas fachas.
Me miré preocupada.
—Viniste hermosa como siempre Rose. No digas tonterías.
Comenzó a sonar una pieza bastante característica y muy conocida. Era una de las piezas de "Schubert" que se llamaba "Serenade" Armonizaba el lugar y daba más aire a prestigioso. Era realmente exquisito.
—Ese es la pieza de Schubert ¿no? —preguntó Adler y me quedé asombrada, no pensé que escuchara música clásica.
—Sí, me encanta.
—A mi mamá le encantaba.
—Es que ¿Cómo no enamorarse de esas melodías?
—Lo mismo me decía a mí. “Una vez que dejas que tu corazón y tus oídos se endulcen con alguna melodía, no hay manera de borrar eso dulce. Es por eso que siempre queremos escuchar la misma canción una y
Todos amamos a esta pareja. Gracias por leer. Nos vemos en otro capítulo.