Capítulo 554
De la actitud respetuosa de los hombres no era difícil deducir la posición de señor Llona.

Ellos recibieron las pertenencias de Natalia y todos juntos salieron del hotel.

—Director Romero, qué casualidad, ¿has ido a comprar comida?

Natalia, con su vista aguda, vio a Pedro y lo saludó proactivamente.

Pedro preguntó en tono leve: —Señorita Llona, ¿a dónde vas?

Natalia explicó los arreglos que había hecho el señor Llona.

—Director Romero, de verdad lo siento mucho por todas las molestias de hoy. Y también, hace un rato, me asusté un poco y pedí a la señorita Fernández que se quedara conmigo. Si eso ha afectado la curación de tu herida, solo puedo disculparme. —Natalia lo dijo de manera franca y amable.

Pedro miró a Bella pero no dijo nada más.

—Entonces me voy primero, ¡adiós!

Natalia les hizo un gesto de despedida y subió al lujoso automóvil.

Cuando el coche se fue, Bella no pudo evitar preguntar: —¿El padre de la señorita Llona es una persona muy influyente?

Pedro respondió de manera co
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