Capítulo 38
El teléfono probablemente estaba en modo manos libres, y en ese extremo pronto se escuchó la voz triste de Lucía.

—¿Bella, acaso estás enojada con Pedro y por eso ni siquiera quieres acompañarme a mí?

Bella no pudo soportar el tono con el que Lucía estaba hablando, así que rápidamente respondió:—¡Por supuesto que quiero acompañarte, abuela!

—¡Entonces así será! ¡Mañana enviaré al chofer para que los recoja!

Sin esperar a que Bella dijera algo más, Lucía terminó la llamada, su tono ahora claramente más alegre.

Bella se quedó allí, en su lugar, con una expresión de resignación en su rostro.

Al día siguiente por la tarde, Bella recibió una llamada del chofer.

Cuando llegó al coche y abrió la puerta, vio a Pedro sentado en el asiento trasero.

Llevaba un traje negro y estaba ocupado mirando su computadora portátil.

Con una expresión fría y dominante, parecía una figura de portada de revista de negocios.

Al escuchar el ruido de la puerta, Pedro apenas le echó un vistazo a Bella y s
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