Bella optó por uno de los famosos centros comerciales del país de Marelia.
Allí era un verdadero paraíso para las compras, con una amplia gama de marcas de lujo, joyas y bolsos que dejaron a Bella deslumbrada.
Ella eligió para sí algunos vestidos y zapatos de moda, y pensando que a Elena le gustaban los productos de belleza, también escogió dos juegos de cuidados de lujo.
Después de deambular sola durante dos o tres horas, hasta que cerró el centro comercial, Bella salió con grandes y pequeñas bolsas, satisfecha.
Las calles afuera del centro comercial ya no tenían el ajetreo de cuando ella llegó, se veían bastante solitarias, y había un grupo de indigentes amontonados en la acera, ya sea sentados comiendo o sumidos en el sueño, envueltos en mantas.
Al ver a Bella cargada con diversas bolsas, varios de ellos le dirigieron la mirada.
Acostumbrada a la seguridad de su país, de pronto ante esa situación Bella sintió una creciente inquietud.
Adelante, en la calle, había taxis esperando pasa