'¿No es él quien mejor sabe por qué no puedo quedarme con el bebé?'.
Si tan solo pudiera dejarla ir, entonces...
Deirdre volvió la cara hacia un lado. Brendan la miró, con las pupilas temblorosas de emoción. Al cabo de un rato, las emociones de sus ojos se desvanecieron.
Deirdre lo odiaba hasta la médula, pero eso no importaba. Mientras estuviera con él, no le importaba si lo amaba o lo odiaba.
"¡Deirdre! ¡Deirdre!".
Toby corrió hacia el coche y golpeó las ventanillas, rompiendo el silencio en el coche. "¡No te vayas con él! ¡Ya llamé a la policía! ¡No tardarán en llegar!".
Deirdre se quedó de piedra.
El rostro de Brendan se hundió mientras decía fríamente: "Deirdre, de verdad que quiero dejarlo ir, pero es como un bicho molesto que se niega a dejarme en paz".
"No...". A Deirdre le temblaba la voz.
"Arranca el coche", ordenó Brendan al conductor.
Toby intentaba abrir la puerta y cayó al suelo cuando el coche empezó a moverse.
"¡Toby!", gritó Deirdre histérica, con la cara