"La puerta no está cerrada".
Deirdre empujó la puerta y oyó con más claridad el sonido de Brendan al toser.
Brendan no sabía que era Deirdre quien llamaba a la puerta, así que exigió al cabo de un momento: "Sam, ve a traerme un vaso de agua".
Deirdre se dio la vuelta y bajó las escaleras sin pensárselo mucho.
No había agua caliente, así que Deirdre cogió una tetera para hervir agua caliente. Cuando volvió junto a Brendan, trajo consigo un botiquín.
Cuando Brendan se levantó para coger el vaso de agua, vio los dedos finos y claros de una mujer y miró a la dueña.
"¿Por qué eres tú?". Brendan respiró hondo antes de darse cuenta de que, como Deirdre dormía hoy en la mansión, Sam ya debería haberse marchado.
Deirdre no le contestó a Brendan, pero preguntó mientras dejaba el botiquín en la mesita de noche: "¿Dónde está la medicina para la tos?".
Brendan no quiso contestar. Se limitó a beberse medio vaso de agua y a tumbarse de nuevo en la cama. "Fuera".
Deirdre frunció los labios. "