Kyran sintió que tenían razón. Miró la carretera y contestó con su teléfono: "De acuerdo".
En cuanto detuvo el coche, la nieve se hizo más intensa.
Deirdre abrió la puerta y el viento helado que soplaba en el patio parecía cuchillos cortándole la piel.
Cuando entraron en la casa, Eilis fue a coger carbón para preparar un brasero en la habitación de Kyran. Deirdre ayudó a Kyran a hacer la cama.
Se quitó la chaqueta cargada de nieve y se puso manos a la obra.
Kyran miró a su alrededor y cogió el cuadro que había sobre la mesa. Había cuatro personas en la foto: dos mujeres jóvenes, un chico y una chica.
La chica miraba a la cámara con dos de sus dedos levantados. Tenía una sonrisa radiante en la cara y era la que más destacaba entre las cuatro personas de la foto. El chico que estaba a su lado la miraba. Aunque intentaba ocultar su emoción, Kyran podía ver en sus ojos que sentía algo por ella.
Kyran miró a la chica y se quedó pensativo.
"¿Señor Reed?", lo llamó Deirdre, haciéndo