Catherine Han.
Sí, suena bien mi nombre junto a su apellido, no lo voy a negar. Es algo que no pensé con mucha determinación hasta el día de hoy, al menos no hasta que el dichoso anillo de compromiso de posó en mi dedo, pasaron los minutos de celebración y llegamos hasta una habitación en el hotel Villa Cipressi, lugar en donde ya permanecen todas nuestras cosas.
La propuesta salió a la perfección, todos esos cuestionamientos del primer día desaparecieron cuando llegue a comprender que su actitud era debido al anillo que escondía de mi persona, así como mi pequeña e innecesaria molestia por no haber venido el día de ayer, ya el mismo Han Emris se encargó de explicarme que estaban preparando el lugar y no quería que viera nada ni por asomo.
Ahora permanecemos en nuestra habitación, recibidos por el aroma de rosas hasta en las esquinas más recónditas, el culpable fueron los pétalos de rosas que decoraban la habitación en un aire romántico, así como una mesa perfectamente acomodada co