Era una mañana brillante cuando el teléfono de Phillip sonó. Acababa de cepillarse los dientes y estaba a punto de sentarse a desayunar. El nombre en la pantalla lo hizo detenerse. Era Hunter, su hermano mayor.
Phillip miró el teléfono por un momento. Ya podía imaginar por qué lo llamaba. Con un suspiro lento, levantó el teléfono y lo llevó al oído.
Hola Hunter, dijo.
¿De verdad vas a casarte con ella? La voz de Hunter sonó fría y directa, yendo al grano sin rodeos.
Phillip frunció el ceño, un poco molesto. Buenos días para ti también, dijo, intentando mantener la calma.
No esquives la pregunta, respondió Hunter de inmediato. Te estoy preguntando si realmente vas a seguir adelante con ese matrimonio.
Phillip se levantó y caminó hacia la ventana. Corrió la cortina y miró hacia afuera. El sol brillaba, pero su corazón se sentía pesado. Sí, dijo. Lo haré.
Hubo una pausa al otro lado.
Phillip, piensa un momento, dijo Hunter. ¿No ves lo que pasa aquí? Esa familia quiere asociarse con Becke