El padre de Faye conducía en silencio, con los ojos fijos en la carretera. Josey, su esposa, iba sentada a su lado con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
¿Estás seguro de que este es el lugar? preguntó Josey, mirando hacia afuera, al área apartada. El camino era irregular, y los árboles se alineaban a ambos lados.
Sí, esta es la dirección que la familia de Phillip envió —respondió él con calma.
Josey rodó los ojos. —Parece un bosque. ¿Venimos a una presentación o a acampar?
Al llegar al lugar, apareció ante ellos un salón sencillo rodeado de árboles y espacio abierto. Era tranquilo y pacífico. La abuela, el padre y la madre de Phillip ya los esperaban en la entrada, bien vestidos y de pie juntos.
Bienvenidos —saludó la abuela de Phillip, avanzando con una cálida sonrisa.
Josey alzó las cejas y dijo en voz alta: —Si esto es en lo que mi hija se va a casar, pobre de ella.
Su voz resonó un poco en el silencio del lugar.
El padre de Faye le lanzó una mirada, pero no dijo nada. Conocí