Hunter estaba sentado en su oficina con las manos en la cabeza. Su secretaria estaba junto al escritorio, sosteniendo un archivo y mirando preocupada.
“Señor, ¿qué hacemos ahora?” preguntó suavemente. “La noticia se está extendiendo rápido. Los reporteros están esperando afuera.”
Hunter levantó la cabeza, sus ojos fríos. “Lo arreglaremos con dinero,” dijo. “Todos quieren dinero. Les ofreceré algo para que se callen.”
La secretaria suspiró. “Señor, así fue como terminamos en este problema al principio con sobornos.”
Hunter se recostó en su silla y sonrió con arrogancia. “Cuando alguien rechaza dinero, solo significa que la cantidad no era suficiente. La haré más grande. Eso los hará callar.”
“Pero señor,” dijo ella con cuidado, “no tenemos ese tipo de dinero ahora mismo. Los fondos de la compañía están ajustados y la única forma de conseguir una cantidad así es desde la sede de Becker Group.”
El rostro de Hunter se endureció. “No,” soltó bruscamente. “No quiero que esto llegue a la sed