Byron cargó el cuerpo temblante y apenas consiente de la bruja entre sus brazos. La sangre caliente corrió rápido por uno de estos y se estremeció. Debía mantener la calma, no debía entrar en pánico, debía apurarse o ella se desangraría allí. La apretó contra su pecho y apuró su paso hacia la habitación. Debía ser atendida lo antes posible, o no solo morirían dos.
Una sombra se acercó en dirección hacia ellos y sus ojos se abrieron al ver el estado del chica. Mathew casi se atragantó y corrió en dirección a Byron agarrándola entre sus brazos y apretándola contra él.
-¿Qué demonios ocurrió?- miraba de uno a otro mientras comenzaba a envolver el cuerpo convaleciente con sus feromonas, enfocánolas en la barriga en un intento de contener el sangrado que dejaba un trillo detrás del gemelo.
-Yo, yo, no lo sé, la encontré así después que me mandó a buscarla- Byron no sabía cómo explicarse.
Mathew la acomodó contra él y se giró retomando la marcha y le susurró contra la cabeza.
-Por favor, da