Lara caminaba al lado de Mathew sintiendo como el calor de la palma de este se filtraba hacia su cuerpo a partir de la suya. Era una sensación reconfortadora y no dejaba que el leve sonrojo que cubría sus mejillas se fuera. Parecía una joven tímida, o más bien, una joven avergonzada, algo que ella no era, o pensaba hasta ahora.
Estaba más ligera, ahora que había dejado volar un poco de su dolor. Su marido la había sacado de la residencia principal de la manada y de todo aquello llevándola a este lugar para que su mente se despejara y estaba ayudando. Miró a Mathew, el lobo se preocupaba por ella, eso ya era un hecho que no podía dejar de lado.
-¿Ocurre algo?- este le preguntó y Lara enfocó su atención hacia el frente para no ser pillada estudiándolo detenidamente.
-Nada, nada- negó con la cabeza.
-¿Quieres algo? Puedes escoger lo que quieras-
Lara se detuvo y con eso el alfa.
-Cualquiera pensaría que eres multimillonario cuando dices eso-
Mathew pareció confundido.
-No sé qué signifi