Mathew entró a la habitación y se sentó en la cama y dejó a Lara sentada sobre su regazo. La bruja abrazaba su cuello y respiraba contra su piel, como queriendo aspirar su aroma.
-¿Te sientes bien?- acarició su cabeza.
-Solo me siento un poco más cansada ahora que ya sé que mi lobita estará bien. Realmente pensé que la había perdido-
-Byron y Dyna son más fuertes de lo que aparentan por eso los tengo a mi lado. Si supiera que sus vidas pueden correr grave peligro les obligaría a tener una vida tranquila lejos de lo que pudiera separarlos-
Lara se abrazó aún más fuerte.
-Marido mío, estoy molesta-
Mathew alzó una ceja. Lara molesta no era ni remotamente tan cariñosa como estaba ahora.
-¿Qué hice?- besó su hombro y en eso Lara se despegó y le agarró el rostro entre sus manos.
-¿me estás preguntando qué hiciste? Sabes cuantos días estuviste fuera, sabes bien que me cuesta mucho trabajo sino tengo a mi almohada fortachona ricona conmigo dándome calorcito, además ni una puta carta, ni algu