Nasima e Yara se llevaron a Kenna a su habitación, dejando atrás a Avani para despedirlas.
— Creo que es mejor ir a descansar. Que pasen buena noche. — Avani camino detrás Nasima, dándoles así a estos hombres la libertad de hablar.
— Kenna no puede estar aquí, debe irse. — Dijo con preocupación el menor.
— ¡Con ella no te metas Milos! — exploto Igor con la misma o mayor fuerza que su diabla, si de él dependiera el elemento del fuego, todo estaría ardiendo.
— ¿Acaso no viste que casi te incinera? — explico el menor, tratando de razonar con él, algo imposible.
— ¿Y que pasara si Avani se enoja y causa un terremoto? — refuto, aferrándose su intuición, Milos sentía algo por Mel.
— Ella es buena no haría eso.
— ¡Mi Enna también