Jennie Frost
El sol brillaba como si tuviera algo que demostrar.
Una luz dorada y cálida se filtraba por el cristal, iluminando toda la habitación… y las fotos esparcidas sobre la mesa.
Las fotos pre-boda.
Vuk y yo.
Había visto muchas sesiones hermosas en mi vida, pero estas… estas parecían salidas de un sueño.
—Esto es hermoso —susurré, pasando la yema de mis dedos por una de las imágenes. Mi corazón se agitó—. Se siente tan irreal. Como… maldita sea.
Vuk, sentado a mi lado, asintió en silencio. Su mirada se detuvo un momento demasiado largo en la foto donde tenía su brazo alrededor de mí —esa en la que casi parecíamos enamorados—.
Carraspeó y se levantó.
—Deberíamos irnos. Trabajo.
—Trabajo —repetí, fingiendo que no lo miraba como una tonta mientras se alejaba.
Hoy no era cualquier sesión. Era la sesión. La que había estado esperando por semanas.
Una campaña futurista. Concepto personalizado de IA. Moda de alta tecnología. Plata, brillo, cristal holográfico. Tan yo.
Jennie Frost est