Llegamos al parque de diversiones, estaba muy emocionada, aunque no voy a mentir que me trae malos recuerdos, pero no era momento de venirme abajo, hice una promesa y debo cumplirla, así sea que me llegara a doler hasta el alma. Ver esos carteles de luces me hacía recordar mi vieja ciudad, cuando iba con Dylan a todos los parques que había, solíamos viajar por horas solo para ganar un peluche o ir a los autos chocones.

-¿Sigues conmigo?- dice Jack apareciendo delante de mí.

-Sí, solo estaba admirando el lindo letrero de colores- digo forzando una sonrisa.

-¿Qué quieres hacer?- dice, comencé a pensar aunque sabía por lo que iría primero.

-Iremos por unos malditos peluches- digo.

Fuimos hasta el puesto de tiro, el juego es muy sencillo pero se los voy a explicar, tienes 5 tiros y debes acertar 3 para ganarte un peluche, si le das a los 5 te dan uno de los peluches de tamaño real. Tome la pistola y el señor acomodo las latas.

-Suerte- dice Jack.