-Dana-
La conversación se hizo bastante amena. Alma nos contó que estaba en España para promocionar una cooperación con Aitana de su nueva línea de ropa. Ya hablaría con ella para explicarle mis motivos de no contarle a Alma todo lo que había pasado. La familia Galeano se ha portado muy bien con nosotros y nos ha dejado manejar algunos contratos de publicidad de sus hijos y nietos, además de darle cabida a nuestros modelos en sus desfiles y comerciales. No me quejaba, mi vida era buena y tranquila. Podía mantenernos económicamente y disfrutar de mi puntito sin ninguna necesidad.
Los chicos se levantaron de sus asientos y nos dejaron a solas, Newtt iría a ver a Macarena para darle su leche y Antonio se prepararía para ir a la oficina.
Con Alma, nos quedamos calladas por un rato, solo nos mirábamos y sonreíamos, era esa complicidad la que extrañaba de mi amiga, pero la necesidad de decir algo me ganó.
-¿Cómo te has sentido?-salió casi sin pensar de mi boca.
-Algunos días mal, otros bien. Mi psicóloga dice que es normal que aún sienta la pérdida de mi angelito y que Enzo sea el doble de sobreprotector, pero este embarazo se ha parecido más al de las gemelas.
-Y ¿Cómo están?
-Insoportables, pero ahí me las aguanto.
-¡Alma! -la regaño, aunque ambas reímos.
-Pero si es cierto, lo entenderás cuando seas madre.-Ay no... debía decirle... No puedo aguantarlo más...
-Alma yo...
-¿Mami?...
No alcancé a terminar la frase, cuando Tommy apareció de la nada con su mantita en una mano y con la otra refregándose sus ojitos.
-¿Dana? -la expresión de Alma lo dice todo. Trata de reír, pero sus ojos están tristes, diría que hasta decepcionados.
-Eso era lo que te iba a decir...
Ella niega y mira a mi hijo, sonríe de oreja a oreja y le habla como si nada hubiera pasado.
-¿Pero quién este chico tan guapo?-Amaba esa capacidad de Alma de no inmutarse por nada para no hacer sentir mal a los otros, se levantó de su taburete y se plantó frente a mi hijo con una hermosa sonrisa-Ven a darle un abrazo a tu tía.
-Edes Sophie, la de las piliculas- dijo mi puntito abalanzándose sobre ella y dándole un sonoro beso. Alma me miró con cara sorprendida y luego río.
-Culpable- respondo alzando las manos en son de rendición, eso era cierto, Newtt se había encargado de mostrarles a los niños todo su repertorio y Tommy amaba la historia de Jared y Sophie.
-Así es cariño, soy tu tía Alma, la que aparece en esas películas.
Ambos conectaron como si se conocieran de toda la vida y amé verlos juntos ¿Fui injusta al apartar a Tommy de su familia? ¿ De apartarme yo también de ellos por lo que había pasado con él? El problema era su padre, no su familia y mis amigos. Ahora que tenía a Alma frente a nosotros me dan cuenta de todo eso.
Alma me volvió a mirar, pero su cara decía "ahora sí que lo sé todo", resoplé y me dirigí nuevamente a la mesada, preparé los cereales de mi niño y esperé el regaño de Alma.
-Sabes que esto no puedes seguir ocultándolo ¿no?
-Tomás es mi hijo, Alma y espero que entiendas mi decisión.
-Pero también es su hijo y él, no... ellos merecen saber la verdad.
-¡No! Lo hecho, hecho está y desde ahora te lo digo, Thomas Scott nunca debe saberlo.
-¡Joder mujer! Y ¿Qué pasará cuando él te pregunte por ya sabes quién?
-Ya veré lo que hago...
-Muy maduro de tu parte, Dana Rogers.- me responde tomando su taza de té que le había servido.
-No me hables de madurez, siendo que tú te escapaste de tus problemas o mejor dicho mentiste para escapar de ellos.- el sonido de la taza al quebrarse en el suelo fue de inmediato, levanté la vista de lo que estaba haciendo y vi a mi amiga, sus lágrimas corrían a raudales y sabía que la había cagado. Tommy trató de ayudarla y ella se movió demasiado rápido.
-Cariño, lo siento es que tú tía está demasiado emocionada de conocerte, pero no te preocupes, dime dónde está la pala y la escoba para limpiar este desastre, no queremos que este precioso angelito se corte con un pedazo de taza.
Mi hijo le indicó dónde estaban los útiles de aseo y Alma sin decirme nada hizo todo. El silencio era ensordecedor y sólo se cortaba con los sollozos de mi amiga...
-Alma...
-Tranquila, tienes razón y por eso mismo te lo digo, no puedes escapar de tus problemas, Tomás tiene derecho de conocer a su familia, una que lo va a amar tanto como lo haces tú. Sé que lo que pasó con mi hermano te marcó y veo que para mal, pero también sé que ese pequeñito no tiene la culpa de los errores que ustedes han cometido. Tomás tiene primos, tíos, abuelos y hasta... Bueno, hasta un baboso que morirá de amor por él como lo he hecho yo.
Si mi ejemplo no te sirve de algo, creo que no puedo hacer nada más aquí, perdóname por interrumpir tu hermosa tranquilidad y te prometo que no volveré más a molestarte...
Botó la basura y dejó los implementos en su lugar. Tomó su bolso, se acercó a mi bebé y besó su frente.
-Eres un niño maravilloso, tu tía te ama, pero ya debe irse.
-¿Volvedás? Me caes bien tita.
-Y tú a mi cielito, espero algún día y seas tú el que me visite ¿Vale?
-Pod el meñique- mi hijo estiró su manita y tomó la de Alma para unir sus meñiques, él le estaba haciendo una promesa y esas valían más que oro para mí.
-Por el meñique...
Alma, volvió a llenar de besos a mi niño y luego me abrazó y susurró en mi oído...
-Si decides volver, las puertas de mi casa están abiertas. Te amo, amiga.
Y, así salió como llegó, dejándome llena de dudas y preocupaciones que había guardado en algún lugar de mi cerebro y también de mi corazón.
-¿Y Alma?-pregunta Newtt con Maca en sus brazos.
-Ya se ha ido...
-Ven acá, chiquita -me abalancé a los brazos de mi amigo y me puse a llorar como una niña pequeña - tranquila, cualquier decisión que tomes estaremos para ti.
-Lo sé, gracias...