Capítulo 57. Cada cosa en su lugar.

Narrador omnisciente:

El aire de la noche era frío, con ese filo que solo conocían los bosques de la Luna Silenciosa. Alaric avanzaba entre las sombras con paso firme, aunque por dentro una tormenta lo desgarraba.

Cada crujido de las ramas bajo sus botas le recordaba el motivo por el que había partido tiempo atrás: el silencio obstinado de su padre, su mirada llena de orgullo y dureza, la forma en que había juzgado a Aylin sin conocerla. Aquel día había jurado no volver. Y sin embargo, ahí estaba otra vez, porque la vida de ella dependía de ello.

"Si tengo que enfrentarme a él, lo haré. No me arrepiento."

El eco de sus propias palabras le daba fuerzas, aunque en el fondo sabía que no iba a ser tan simple. No solo tenía que convencer a la anciana que lo había ayudado antes, también debía cruzar la frontera de un territorio que ya no lo reconocía como uno de los suyos.

Los guerreros de guardia no tardaron en detectarlo. Los vio moverse entre lo