— ¿Qué tan herido estás? — preguntó, moviendo sus manos hacia el resto del cuerpo de su compañero, toqueteándolo y sujetándolo al escuchar los gemidos de Olivia al tocar sus costados — Por Dios, Olivia… ¿Por qué diablos no me llamaste? !
— ¡Porque estuviste involucrado en una batalla igual que yo, Diego! — replicó la chica, molesta — ¡No me trates como a un ser indefenso, sabes que eso no me gusta!
— Está bien, lo siento… — murmuró bajando el tono — Pero eso no cambia el hecho de que me vuelvo loco cuando te lastiman…
—Tú también te lastimaste, Tigger. — refunfuñó, mientras se tocaba la cadera y la otra hacía una mueca — Así funcionan las cosas... Y sabes que eso nunca cambiará.
Diego gruñó, pero no dijo nada. El Tigre tomó una manta, cubriendo el cuerpo de la joven y luego agarró en sus brazos a Olivia, quien la envolvió alrededor de su cuello, cerrando los ojos, sin quejarse. El Beta sintió que sus preocupaciones se duplicaban ante eso. Olivia no solía mostrar lo que realmente sentí