Capítulo 22

Hadassa.

Excepción…

En algún momento de la noche pude sentir que alguien tocaba mi frente, pero mi cansancio era tan absoluto que, nunca pude ver ni la sombra de la persona que visitó mi habitación. Y para cuando desperté por la mañana y vi a esa mujer que a veces venía a traerme comida, entendí que posiblemente ella estaba cuidando de mi estancia en este lugar.

Quizás había tenido fiebre, mi cuerpo se sentía extremadamente débil, y las sábanas en las que estaba envuelta, seguro traídas por esta mujer frente a mí ahora, estaban ligeramente manchadas en la parte que arropaba mis muslos.

Cuando ella corrió las cortinas, me dolieron un poco los ojos, y traté de sentarme con el fastidio en mi centro.

Tomé las sábanas para cubrirme mientras vi que la mujer me sonrió y

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