REINA DEL ODIO. Epílogo
REINA DEL ODIO. Epílogo
Siete meses después.
El dolor comienza como un murmullo en mi vientre, una molestia insistente que se vuelve cada vez más intensa. Me doblo ligeramente sobre la cama, respirando hondo para intentar controlarlo, pero una punzada aguda me hace jadear. Christian, que está organizando algunos papeles en su maleta ejecutiva, se gira de inmediato.
—¿Qué pasa? —pregunta con los ojos muy abiertos—. ¿Ya?
Hago una mueca y asiento.
—Creo que sí. O es eso, o el bebé me está pateando como si estuviera aprendiendo kung fu de su tío favorito… ¡Aaaaaaah! —grito ante la primera contracción y sí, eso es exactamente lo que pasa: este bebé ha decidido que ya es hora de salir.
Christian toma su teléfono y hace una llamada rápida. Luego comienza a caminar de un lado a otro, llevándose las manos al cabello hasta que veo a Alma y a Mildred asomarse apuradas a la puerta.
Él palmea al aire entonces, como si estuviera dirigiendo una orquesta.
—De acuerdo, de acuerdo, tenemos que mantener