CAPÍTULO 109. Un acto desesperado
CAPÍTULO 109. Un acto desesperado
El abogado aprieta la mandíbula sin poder disimular su frustración; Devon se mueve inquieto en su asiento; y yo solo me recargo en mi silla con absoluta tranquilidad.
Por supuesto que no tienen nada. Devon se empeñó tanto en borrarme de la empresa, en hacerme a un lado y en quedarse con todo el crédito, que se aseguró de eliminar cualquier rastro de mi participación en Tradelink.
Me costó un tiempo entender que realmente era muy bueno manipulando y cómo me engañó todo el tiempo, pero al final cada cosa que hizo se le volvió en contra:
Se casó conmigo apenas me gradué y jamás me dejó trabajar.
Me relegó al hogar, a ser la esposa y ama de casa perfecta.
Jamás me llevaba a la empresa más que para los eventos festivos.
No me permitió conocer al equipo de analistas para que no “viciaran” mis estudios de la bolsa.
Y al final solo quería una cosa: quedarse con el crédito por mi trabajo; quedarse con todo.
Me quitó mis acciones. Me sacó de la empresa. Y se ase