Jack siempre creyó que el amor era una fantasía, un concepto que habían creado con el fin de debilitar al ser humano. Un deseo prohibido que estaba vetado en su vida. El amor, cariño y la tentación siempre habían sido temas que habían evitado. Experiencias y sentimientos que se había obligado a no sentir por toda su vida hasta que la mujer prohibida se cruzó en su camino, robándole el aliento y la paciencia con cada mínimo movimiento que hacía a su alrededor.
Ler maisLa pequeña flama de la vela bailaba al ritmo del frío aire que entraba por la abertura de la puerta de la casa de acampar. La pequeña casa de acampar se movía con cada golpe frío que proporcionaba la tormenta. Cuatro hombres corrieron cuesta abajo arrastrando a uno de sus compañeros, estaba herido y ninguno sabía si podrían salvarlo. El doctor esperaba por él en la casa de acampar pero primero tenían que conseguir llegar con vida. Su herida era grave y no le ofrecía muchas posibilidades de vivir. La bomba había explotado justo cuando él había intentado huir de la zona negra, así le solían llamar a las zonas de alto riesgo, a esas zonas a las cuales él tenía prohibido ir pero amaba ir.
El doctor suspiró aliviado al observar llegar a los hombres que tanto anhelaba ver. Exigió que llevaran al hombre a la camilla vieja que había en el rincón del lugar. Nunca había visto una herida de esa gravedad.
—Dios— dijo mientras pasaba la mirada por la herida de la cadera. El soldado se retorcía de dolor en la camilla sucia, con cada uno de sus movimientos grandes chorros de sangre salían de él— este hombre tiene dos opciones, sobrevive y no vuelve a caminar o simplemente muere.
—Sálvalo— exigió uno de los hombres con su voz gruesa. Sus hombres conocían ese tono de voz. No era una petición lo que el hombre estaba pidiendo, era una completa orden y si el doctor no la cumplía estaría en graves problemas.
—No creo que pueda hacerlo...
— ¡Sálvalo!— gritó mientras levantaba su rifle M4. — es una puta orden. — susurró entre dientes. El doctor se pasó de manera temblorosa su mano por el rostro y finalmente asintió con esperanza de poder completar la orden que el hombre le estaba dando.
La tensión se podía sentir en el aire del lugar, el silencio se sentía como una navaja que perforaba con fuerza la piel de cada uno de los hombres del lugar. El doctor se movía con rapidez por el lugar mientras intentaba salvar al hombre mal herido. Si una cosa sabía el doctor era que tenía que salvar a ese hombre o moriría.
Jack o como sus amigos solían decirle “Red light” era conocido por su humor negro y su sangre fría pero sobre todo, era conocido por su manera de cuidar a los suyos. Haría lo que fuese para protegerlos incluso si tenía que morir por ello y ahora estaba muriendo en alguna parte del desierto en aquella camilla vieja.
—Sujétalo— dijo el doctor.
—¿Qué piensas hacer?— preguntó el hombre de voz gruesa que lo apuntaba con el arma sin ningún temor de usarla.
Unos de los soldados se acercó a Red light para poder sujetarlo de las piernas como el doctor estaba solicitando. Su respiración era irregular y no prometía regularizarse en algún momento de la noche. Un agudo grito de dolor escapó de sus labios cuando el doctor insertó la aguja sobre su piel ensangrentada. La temblorosa llama de la vela iluminaba levemente el lugar, lo suficiente para permitir al tembloroso doctor hacer su trabajo.
—Vienen hacia aquí— alertó uno de los hombres. El hombre de la M4 gruñó con fuerza y maldijo mientras se acercaba a la puerta de la pequeña casa de acampar que había en medio del desierto. Miró con atención los autos militares y suspiró con fuerza.
—Esos hijos de puta no se cansan ¿Cierto?— preguntó mientras miraba a los otros soldados que se encontraban a su lado. —bien, protejamos a Red Light. – ordenó para después voltear a ver al doctor que saturaba la gran herida de su capitán. —Félix quédate con el doctor, los demás conmigo.— dijo Logan para después abrirse paso entre la oscuridad del desierto. Gruñó cuando un hombre corrió hacia él y lo amenazó con una gran navaja.
— ¡El helicóptero está llegando!— gritó uno de ellos. — ¡Tenemos que proteger el helicóptero o terminaremos atrapados aquí!
Logan golpeó al hombre con su rifle y lo hizo caer al suelo para poder clavarle la navaja sobre el pectoral. Las hélices del helicóptero levantaron la arena del desierto provocando que los hombres pudieran ver mucho menos de lo que ya hacían en aquel lugar. La lluvia de balas se abrió en el lugar, todos lo sabían. No los dejarían ir sin terminar de matar a su capitán y ellos no se irían sin terminar de matar a todos.
Unos de los hombres rodó por el suelo, esquivando las balas que se dirigían a ellos con velocidad, Logan corrió en la oscuridad y se escondió tras unas piedras. Tomó sus binoculares y activó la visión nocturna. Eran muchísimos. No podrían contenerlos a todos. Tenía que actuar de inmediato antes que perdieran la batalla. Soltando un grito de frustración fue que comenzó a lanzar granadas mientras ordenaba que subieran a Jack en el helicóptero.
Solo tenían que correr unos cuantos metros y lo lograrían. Tal vez si podrían lograrlo. El doctor junto a Félix corrieron con la camilla en manos hacía el helicóptero que flotaba levemente sobre la arena del desierto. Logan junto a los otros tres hombres fueron acercándose hacia el helicóptero mientras intentaban mantener a los hombres alejados de aquel helicóptero que representaba su única vía de escape. Uno de los soldados lanzó una granada y gruñó al recibir un disparo en su pierna. Logan corrió hacia él mientras sostenía y disparaba su rifle con una sola mano, sostuvo a su compañero con fuerza y le ordenó seguir avanzando.
—¡Lanza otra granada!—exigió. — Chris, ¡Lánzala ahora!—gritó mientras lo ayudaba a subir al helicóptero y veía como su compañero lanzaba la granada hacia los hombres. Logan subió al helicóptero y observó cómo unos cuantos hombres ardían en llamas. Respiró agitado pero corrió hacia la ametralladora y defendiendo el helicóptero mientras este se elevaba.
Jack suspiró débilmente mientras recargaba su cabeza en la pared metálica del helicóptero para poder apreciar la manera en que sus hombres estaban dando todo para protegerlo. Soltó una sonrisa burlona y cerró sus ojos débilmente antes de no volver a abrirlos.
La mañana siguiente Cleo sentía que su cabeza estaba dando completamente vueltas, no había podido conciliar el sueño por completo, extrañamente había podido dormir unas cuantas horas y es que todos los pensamientos estaban completamente saturados con la muerte. La enfermedad de su padre lo había tomado completamente desprevenida, siempre lo había visto completamente fuerte y nunca había imaginado que su padre fuera una persona que tuviera cáncer. Siempre había creído que su padre estaba completamente sano y que desafortunadamente tenía demasiado tiempo para tener que pelear con él. Ambos habían llegado a la conclusión de qué tenían que mejorar su relación, su padre no le había dicho cuánto tiempo le quedaba de vida pero era posible que le quedara poco tiempo. No quería admitirlo pero realmente estaba asustada, no quería imag
Nuevamente las manos le temblaban sin control, había pasado mucho tiempo desde que sus manos habían temblado de esa manera. Sentía que perdía el completo control de ella misma en esos momentos. Estaba completamente aterrada y no encontraba una manera de poder escapar de ese terrible temor y terror que la perseguía. Nuevamente Jack estaba en peligro y sentía que en sus manos no estaba lo que necesitaba para salvarlo. Sentía que la posibilidad de salvarlo se había escapado de sus manos y no habría una manera en la cual ella pudiera interferir para verlo sonreír una vez más. Estaba completamente aterrada y todo su cuerpo lo reflejaba a la perfección. Todos a su alrededor podían notarlo, viéndola frente al cuerpo latente de Jack, paralizada con las manos completamente empapadas de la cálida sangre de su capitán favorito. Necesitaban encontrar una manera de poder conseguir que
Toda la habitación de aquel hospital se encontraba en completo silencio, Cleo estaba recargada sobre una de las paredes, moviendo sus piernas con nerviosismo mientras volteaba una y otra vez a ver a aquel capitán que se encontraba hospitalizado. Se suponía que ella no se debería de encontrar en aquel lugar pero le parecía completamente imposible no permanecer a su lado. Todo había sucedido tan rápido que incluso aún se encontraba completamente confundida.Estaba totalmente segura de qué Logan había sido controlado por culpa de la droga que se encontraba en el ambiente, no podía creer cómo es que Jack había podido sobrevivir a aquella herida tan fuerte, tan profunda.Los médicos habían dicho que era casi completamente seguro que no pudiera hablar por un cierto tiempo y que con probabilidad tendría que permanecer en el hospital hasta que la herida de su c
Las manos de Jack se llenaron de sangre cuando clavó la punta de la navaja en el pecho del hombre rubio que lo veía con odio, tras de él pudo escuchar los pasos de los hombres que lo venían persiguiendo. Había varios hombres en el suelo, sin vida con la ropa totalmente agujereada por culpa de la ráfaga de metal que él había hecho hace unos minutos. Cada uno de los rostros de aquellos hombres muertos le parecía completamente desconocidos. Estaba en busca de aquel rostro que había visto hace años, aquel rostro que había intentado borrar de su memoria pero no lo había logrado. En esos momentos entendía por qué su subconsciente no le había permitido borrar ese rostro. Aquel hombre era el culpable de todo lo que estaba sucediendo y no pensaba descansar hasta que finalmente lograra encontrarlo y terminar con todo de una vez. Estaba harto de tener que pelear cuando quería
Habían pasado tres horas desde que había salido de aquella base militar, los pies le dolían con cada paso que daba hacia adelante en aquel desértico lugar. Su cuerpo amenazaba con rendirse cada vez que frente a ella se encontraba un gran obstáculo. Había perdido de vista a unos cuantos reclutas y podía escuchar los vehículos militares a la distancia. Vigilando cada uno de sus movimientos, un extraño sonido la hizo detenerse a mitad del camino, obligándola a cubrirse el cuerpo con alguna de las protecciones que había en el lugar. Cleo se cubrió la cara al escuchar la ráfaga de disparos a sus espaldas.La alarma de emergencia le hizo ver que aquella ráfaga no era ningún obstáculo que debía estar en aquella primera prueba. Con
La temperatura de esa mañana era tan fría que Cleo titiritaba de frio con cada paso que daba hacia la zona de entrenamiento, esa mañana por peor que fuera había recibido la visita de su periodo y con cada oleada de aire frio sentía como sus dolores aumentaban. La única razón por el cual se había levantado de la cama había sido porque deseaba con todo su corazón encontrarse con los ojos de Jack. Toda la noche había dado vueltas en la cama sin poder dormir, había estado tan nerviosa que con suerte había dormido solo unas dos horas.Frente a ella se encontraba la zona de entrenamiento en total soledad, apenas siendo iluminada por el sol que comenzaba a salir, detrás de ella podía escuchar los bostezos de algunas de las chicas que obviamente habían dormido mucho más que ella. Nerviosa se pasó las manos por el uniforme al escuchar unos cuantos pasos acerc&a
Último capítulo