Cuando parecía que las cosas se quedarían quietas, resultaba que la foto del café había sido más importante de lo que Skyler había creído.

Aunque destello del flash había pasado inadvertido aquella tarde en el café, al día siguiente el mundo despertó con titulares amarillistas sobre su relación con el Magnate. Eso no era tan malo, considerando que todo estaba a punto de empeorar.

Sus peores temores, al fin se hacían realidad.

“Skyler Donovan, la exesposa de Giovanni Accardi, reaparece triunfante en las finanzas… y en los brazos de otro.”

La fotografía ocupaba las portadas: Skyler, con la sonrisa ligera que Alexander había logrado arrancarle, inclinada hacia él mientras la luz cálida de las velas iluminaba su rostro. Bastó ese instante para que los titulares hablaran de un romance, pero él fotógrafo había descubierto una historia aún más jugosa.

Habían descubierto su verdadera identidad.

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—¡Maldición! —exclamó Becca, entrando a la oficina con el celular en la mano—.