—Muy bien chicos, venid a firmar unos papeles
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Nada más estar fuera de la capilla, con el certificado de que estamos casados y las fotos, abrazo a Isis, y hundo mi cabeza en su cuello.
—Joder te quiero, nena, te quiero, te quiero, te quiero. No te vas a arrepentir de esto, lo prometo.
Abraza mi cintura, ríe sin parar.
—Te quiero mucho. Quiero que ya llegue mañana para que los demás lo sepan.
Asiento pegado a ella, y bajo mi mano por su cuerpo hasta entrelazar nuestros dedos.
Caminamos en silencio hasta el motel, y al pasar por delante de un bar logro ver la hora. ¡Las dos de la m