Lourdes se preparaba para ir de compras. Kenton había contratado a una niñera para que cuidara de los niños y que ella así pudiera dedicarse a comprar lo que Esmeralda necesitaba para la que sería una noche inolvidable.
En una inesperada casualidad, el vicepresidente vio a la mujer que tanto deseaba entrar a una de las tiendas más importantes de la ciudad. Él debía ir al banco que estaba situado en la misma calle y decidió aplazar aquel trámite por varios minutos mientras la seguía.
Lourdes tomó su teléfono espantada por los precios de los vestidos y llamó al CEO. Le parecía muy exagerado pagar tal suma por un evento que duraría pocas horas.
-Kenton estoy en una de las tiendas que me dijiste y todo aquí cuesta un dineral, ¿Estás seguro de querer que compre aquí? Conozco lugares más económicos- Le preguntó mirando la etiqueta de una de las prendas
-Solo quiero que Esmeralda se vea más hermosa de lo que es y el dinero necesario para eso es lo que menos me preocupa. Compra l