PLANES MACABROS
Cristopher Williams
Que Daniel me citara en su casa con tanta premura, me parecía de lo más raro.
Además de ser parientes políticos, no teníamos nada en común. A menos que…
No.
Imposible.
Conduje de manera impaciente hacia el Upper East Side, donde se había instalado junto con su nueva esposa, a la que por cierto, aún no conocía.
Al anunciarme, de inmediato me guiaron al elevador, donde el propio encargado pasó una tarjeta magnética haciendo que en la pantalla apareciera «PH – Mr. Adams» con letras rojas.
El tiempo que transcurrió en que subiera los cincuenta y dos pisos para llegar al ático, me parecieron eternos por la curiosidad que me causaba todo esto.
Al llegar, el elevador se abrió dándome la