— Me duele que diga tal cosa de mi negocio — Parker salió con tranquilidad — muchos saben que este sitio es bastante exclusivo y aunque de vez en cuando mis clientes se ponen de fastidiosos pues tengo que admitir que no dejan de pagar por el entretenimiento. Durante estos años que Astrid estuvo en Londres vino a trabajar aquí, el único detalle es que la tenía en la bodega de licores y después me di cuenta de mis errores, ella era una bailarina en potencia y más porque entreno hasta que las manos junto con los pies le sangraban por completo.

— ¿Por qué decidió que sería una buena idea poner a la señorita Sallow en la bodega de licores? — una periodista puso su micrófono en dirección de Parker — se supone que es mujer y no puede cargar cosas pesadas.

— Ella tiene más fuerza de la que aparenta, ¿Acaso cree que bailar en el tubo no lleva algo de fuerza física? Evidentemente ustedes solamente se encargan de juzgar sin conocer, cualquier cosa que tenga que ver con temática sexi de inmedia