Siempre pensé que después de todo lo malo llega lo bueno, que se ve la luz al final del túnel, que quizás las cosas pueden cambiar, pero jamás me imagine que cuando las esperanzas se encuentran latentes, llega un maldito terremoto que destroza todo, se lleva todo, y no te deja nada mas que un sabor agrio en la boca, uno que te hace pensar en lo estúpida que has sido.
Quería pensar que estar con Erick seria una nueva oportunidad, algo bueno, algo mejor, pero aquellas lagrimas que en estos momentos no dejan de salir por mis ojos, dificultándome un poco la bajada de escaleras, no hacen nada mas que asegurarme que todos pueden causarte tanto daño como se lo permitas, que nadie se encuentra apartado del dolor, y que todo es mi culpa por haber dejado entrar a un hombre que aparentemente nunca conocí.
Bajo lo más rápido que puedo al primer piso, todo mientras la presión en mi pecho se mantiene, las ganas de romper todo y por fin descansar de las mentiras que han venido construyendo mi vida.