Regresamos a Los Ángeles. Al volver a nuestra casa, Marcus y yo nos acercamos aún más. Siempre conversamos, siempre nos abrazamos. No podía creer que hubiéramos llegado a este punto, sintiendo el amor de Marcus por mí. Aunque todavía tengo algunas dudas, la alegría de lo que pasó y mi amor por Marcus prevalecen.
—Esta es tu segunda inyección anticonceptiva, Evelyn. ¿Tú y tu esposo no tienen planes de tener un hijo? —me preguntó mi doctor.
Respiré hondo después de terminar con las inyecciones. Fui de inmediato a mi cita de control médico y a ponerme la inyección porque ya habían pasado los tres meses. No me salto este día, y estoy dispuesta a repetirlo. Aunque Marcus me ama, todavía no estoy lista para quedar embarazada, no ahora. Sé que cuando Marcus se entere, lo entenderá. Primero necesito arreglarme a mí misma antes de decidir ser madre. Todavía tengo mucho que aprender, y cuando tenga un hijo quiero darle todo sin ninguna carencia, así como quiero que mi hijo sea como yo. Sonreí a