Sala de Espera del Novio

La tensión de aquel día era algo que el doctor Harris jamás había sentido antes.

Ni siquiera durante su examen de especialización —una prueba que, en teoría, debía ser mucho más estresante— su corazón había latido tan rápido. Pero aquello era distinto. En ese entonces, confiaba plenamente en su intelecto, en su elocuencia y en su habilidad. No había razón para temerle a un examen o a un reto profesional.

Pero ahora…

Por muy seguro que sea un hombre, nada lo prepara para un momento como este.

«¡Aaaaah! ¡Con razón Brown, que parece que ni sangraría si lo apuñalan, estaba tan nervioso antes de su boda! ¡Así que esto es el pánico!»

Su corazón latía con tanta fuerza que sus pensamientos se perdían entre los golpes rítmicos de su pecho. Tenía miedo de cometer el más mínimo error, porque ese día tenía que ser perfecto. Su gran día. Incluso la forma en que respiraba le parecía equivocada. Temía que su traje se arrugara. Una gota de sudor frío resbaló por su frente, y