Los sentimientos de Kevin por Jenny habían florecido tras años de compañía. Al principio, solo era un compañero de juegos para los hermanos menores del señor Alexander, pero en algún momento, la simpatía se transformó en algo más profundo. Aun así, él siempre había sabido cuál era su lugar: su afecto era algo que solo podía guardar en silencio.

¿Por qué? Porque ella era Jenny, la hermana menor del señor Alexander. La hija del hombre a quien el padre de Kevin respetaba profundamente.

Pero cuando aquel cariño silencioso fue correspondido, su amor callado empezó a tomar una nueva forma.

‘Cálmate. Tienes que hacerlo, tarde o temprano. Amas a Jenny. Te importa. Vale la pena luchar por ella’, se repetía Kevin para convencerse. Tenía que hacerlo algún día, así que ¿por qué no ahora?

‘Pero en serio, ¿por qué demonios viniste sin prepararte, idiota? Al menos podrías haber pensado qué decirle al señor Alexander. ¿Qué le vas a decir? ¡Deberías haber escrito un discurso de confesión, admitiendo t